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Luces y sombras en el día de la Constitución

Luces y sombras en el día de la Constitución

jueves 06 de diciembre de 2007, 19:47h

División de opiniones sobre el discurso de Marín
Desde “extraordinario” y muy “oportuno” hasta “inadecuado” y “fuera de lugar”. Como suele ocurrir cuando abre la boca el presidente de la Cámara Baja, el discurso de Manuel Marín – que sonó inevitablemente a despedida- agradó a unos cuántos y no gustó nada  a  otros. En declaraciones a este  diario e-Xcluisvo  el portavoz socialista, Diego López Garrido, - quien, por cierto, ‘huyo’ por la puerta de atrás del Congreso al finalizar la recepción para no enfrentarse a más abucheos- la calificó como “magnífica” mientras Gaspar Llamazares manifestaba con cierto enfado que Marín “se ha pasado una calle. Una cosa es decir que ésta ha sido una legislatura difícil y dura, y otra que no ha servido para nada”. El Fiscal General del Estado, por el contrario, consideró acertado el hecho de que Marín alertara a los políticos de que no pueden poner los “sus intereses particulares por encimas  de los de la ciudadanía”.

A los que no agradó demasiado la ‘regañina’ del presidente de la Cámara Baja fue a los dirigentes del PP ni a algunos representantes de otro poder, el judicial. Unos y otros consideraron  que  el discurso de Marín no fue demasiado “institucional”. Además, opinaron no se podía poner a los dos partidos – PP y PSOE- en igualdad de condiciones  a la hora de buscar  culpables  de haber roto el espíritu de consenso que presidió el alumbramiento de nuestra Carta Magna. Como se ve,  nunca llueve a gusto de todos.

Cuatro presidentes autonómicos acudieron a la cita
Cuatro presidentes autonómicos y  el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón,  fue toda la representación de autoridades regionales que hubo en la recepción que con motivo del XXIX aniversario de la Constitución española celebró el Congreso. En el salón de Pasos Perdidos se puedo ver al catalán Josep Montilla, que acudió por segunda vez a un acto de este tipo, siendo fuertemente abucheado a su entrada por la ‘muchedumbre’;  al extremeño Guillermo Fernández Vara, cuya presencia pasó realmente desapercibida; al  castellano manchego, José María Barreda, que hizo un amago de hacer unas declaraciones pero desistió en vista de que los periodistas no le hacían mucho caso;  y la presidenta de la CAM, Esperanza Aguirre, cuyo modelito en tonos morados fue muy comentado.

La suspensión del cóctel deslució el acto
Lo cierto es que el hecho de que la Cámara Baja decidiera suspender el cóctel posterior a la ceremonia institucional provocó que muchos – muchísimos- de los invitados desistieran de acudir a la cita. Al margen de los diputados de ERC, PNV y a los representantes del Grupo Mixto, que casi nunca suelen acudir, también se echó en falta a algunos dirigentes destacados como al socialista Alfonso Guerra, presidente de la Comisión Constitucional del Congreso que en otras ocasiones no ha faltado. Por supuesto, tampoco se dignaron en aparecer los dos ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José María Aznar. Si fue Leopoldo Calvo Sotelo, pero se marchó enseguida al igual que Manuel Fraga, renqueante,  que, a juicio de muchos, debería decidir ya su retirada de la vida política.


Pocos corrillos y escaso  cha-chau
Finalizado el discurso del presidente Marín, apenas se formaron  corrillos entre periodistas y dirigentes políticos, cómo suele ocurrir en años anteriores de donde se sacan mucho ‘chau- chau’. Eso sí, en el salón de los Pasos Perdidos se pudo ver a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, departiendo ‘intimamente’’ con el presidente de la Generalitat, Josep Montilla,  dúo al que se unión en un momento determinado el secretario de Organización del PSOE José Blanco.

Al final, bien es verdad, que Marian Rajoy atendió a unos cuantos periodistas  en uno de los salones del Congreso  pero sin grandes novedades sobre lo ya oído en su comparecencia oficial. También la ministra de Vivienda, la dirigente del PSC, Carme Chacón,  mantuvo una charla informan con un grupo de informadores catalanes que la rodearon para sacar algo de ‘chica’ a la jornada. Mientras tanto, Rodríguez  Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, no pararon de hacerse fotos con los pocos invitados que andaban por allí deambulando sin apretujones ni agobios esta vez.

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