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La simplicidad en marketing determina el éxito

La simplicidad en marketing determina el éxito

martes 26 de abril de 2016, 09:00h
Para el gurú americano Jack Vincent ‘mantenerse simple en marketing’ es fundamental para alcanzar el éxito empresarial, pero también hay que escuchar a la gente, al mercado y adaptarse

Jack Vincent es un asesor de ventas, coach y speaker, de reconocido prestigio internacional. Además es experto en storytelling, marketing, desarrollo de negocio y presentaciones para empresas.

Con más de 35 años de experiencia en el mundo de las ventas, Jack Vincent se dedica ayudar a empresarios y profesionales, la mayoría de ellos emprendedores, a tener éxito en la captación de nuevos clientes y a impulsar el desarrollo de sus negocios.

“El principal error que veo en las strartup es confiar demasiado en la activad online. Creo que el social media está bien, pero hay que reforzar más las estrategias corporativas. Hay que mantenerse simples en marketing y profundizar más en las ventas”. Con esta declaración de intenciones comenzaba la entrevista con EFEemprende, Jack Vincent.

Para el experto, la primera reunión con un cliente es fundamental. “Este primer encuentro tiene que ser simple”, remarcaba. Para que un negocio tenga éxito hay que creer en el producto, pero también hay que tener curiosidad. Hay que escuchar a la gente, al mercado y adaptarse. Las estrategias hay que cambiarlas continuamente, deben ser flexibles.

“Hay que vender, salir a vender y escuchar al mercado. Hay muchos consejeros delegados de startups que se enamoran de su producto y no se dan cuenta de que, en ocasiones, ese producto necesita cambiar para adaptarse a las necesidades del mercado”, subrayaba.

Para el americano, el éxito no se trata solo de una relación exclusiva con los “números”, sino de cuánto estás satisfaciendo al cliente con tu producto.

Un buen consejero delegado es más que un buen producto

Para Vincent un buen consejero delegado es fundamental ya que un producto “menos bueno” siempre se puede mejorar con un buen líder. Aunque, obviamente, tener un buen producto también ayuda.

El mejor ejemplo para el americano es Steve Jobs y como al día siguiente de lanzar el primer Iphone dijo que ese primer terminal no se había vendido ese día, sino diez años atrás, cuando la compañía comenzó a ganarse la confianza del mercado y comenzó a escuchar al cliente.

Para formar a la gente no hay diferencia. Es fundamental conocer el producto, pero más importante es saber hablar sobre él.

“Al final hay que conocer lo que estás vendiendo para saber comunicar qué es lo que estás ofreciendo. Por ello el ‘engagment’ (confianza) es básico. Al comienzo de una reunión hay que seducir, pero no solo desde el punto de las emociones, sino que también desde el punto de la razón” afirmaba.

Hay que saber despertar la curiosidad. Al inicio hay que atraer y seducir, y esto solo se consigue con simplicidad y sencillez. Ya luego, hay que hacer preguntas.

El consejero delegado tiene la visión máxima del producto, sabe lo que está sucediendo. Pero este tiene que saber delegar en las otras personas que conocen mejor los aspectos de los segmentos específicos de la compañía.

Para Vincent es más fácil asesorar a una persona que está comenzando que a un consejero delegado de una multinacional. El que está comenzado es consiente de sus limitaciones, pero el alto directivo “no sabe lo que no sabe”.

Un verdadero maestro es un estudiante perpetuo

La confianza es la moneda de cambio. Cuando compras un producto por primera vez hay riesgo porque estás cambiando. El riesgo trae muchas emociones y pensamientos. El empresario que vende su producto o servicio a una persona por primera vez tiene que ser parte psicólogo, parte gurú espiritual y parte amante.

“Ser una persona constante es mejor que ser una persona con talento. El que tiene talento hay veces que se acostumbra. El que es constante siempre piensa en mejorar. Aunque lo mejor es tener una mezcla de los dos” matizaba.

Pero sin duda, lo más importante es entrar en la cabeza y en el corazón del vendedor para ganarse su confianza. Hay que escuchar, diagnosticar y luego prescribir“.

Vincent no cree en la suerte, dice que la “suerte atropella a la persona que se pone en la avenida de la suerte”. Cuando se trabaja mucho hay días que pasan cosas buenas, y se suele achacar a la suerte, pero realmente esto se ha conseguido por una serie de acciones realizadas en el pasado que te han hecho llegar hasta ese momento.

Es verdad que hay golpes de suerte, pero por lo general, el que se sienta a esperarlos no consigue nada en la vida.

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