www.diariocritico.com

La Estelada de VICME

viernes 20 de mayo de 2016, 21:53h

La Estelada es una bandera, otra más para dividir a la humanidad en grupos. La delegada del gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, decidió meterse en un jardín no muy comprensible poco antes de la campaña electoral cuyo éxito necesita el PP como agua de mayo. Vamos, que con amigos como tú, Conchi, pa’ qué enemigos.

Dancausa, no es nuevo para nadie, pertenece al ala más dura del PP y tiene una excelente relación con el ministro Jorge Fernández Díaz. Que sea ultra viene en ser, básicamente, que interpretará sus funciones casi siempre desde el punto de vista más acorde a su ideología.

En Estados Unidos, quemar la bandera públicamente no es delito porque el acto está amparado por la Primera Enmienda que recoge la Libertad de Expresión. Es algo lógico, la verdad, y por ofensivo que pueda ser para otros, el derecho a expresarse es superior.

Prohibir una bandera en un partido de fútbol en el que juega el Sevilla contra los que son conocidos por ser Mes que un Club, es una temeridad en el menor de los casos. Por otra parte, cómo se prohíbe un jersey, un pantalón, una gorra, unos guantes, una bufanda. La guinda aparece al decir que se politiza la final de la “Copa del Rey”, antes llamada “del Generalísimo”, afirmación muy desafortunada: el engendro ya nació politizado.

En 1908, un grupo no muy dotado intelectualmente, inventó la bandera estelada mezclando mal la cuatribarrada catalana, proveniente del reino de Aragón, con las banderas de Cuba y Puerto Rico, nacidas a imagen y semejanza de la que tejiera Mariana Bracetti con motivo del Grito de Lares contra el colonialismo español.

El diseño de la Estelada con la estrella y el triángulo equilátero tenía como razón principal jorobar al gobierno de España que perdió frente a los yanquis las dos plazas junto con Filipinas en 1898, aunque también creyeron poder vender un cierto paralelismo entre las “colonias subyugadas” por el reino de España y su propia “subyugación” como territorio invadido por el español. Entre los autores estuvo Vicenç Albert Ballester, un matón de barrio en una época donde eso tenía premio.

Este tal había subido algunos peldaños en el poder sociopolítico de la época, no gran cosa en verdad, y ya desde el primer momento se mostró muy beligerante con España, identificando Independentismo con Antiespañolismo. Fundó una especie de brazo armado del naciente independentismo denominado La Reixa, cuyo origen fue una organización benéfica que rápidamente expuso su estrategia: la independencia de Cataluña solo se conseguirá por las armas.

Después de pasar por la cárcel, Ballester funda la revista La Tralla y allí firma sus artículos como VICME, Visca la Independencia de Catalunya i Mori España, Viva la Independencia de Cataluña y Muera España. Muy edificante.

Una bandera solo tiene sentido cuando un grupo humano decide identificarse con ella: la bandera del cole; la bandera del regimiento; la bandera del equipo; la bandera de la empresa; la bandera gay, etc. Algunas de ellas se convierten en oficiales porque por motivos diversos la autoridad política de algún lugar así lo decide y las demás banderas simplemente son NO oficiales, pero en absoluto ilegales. Esto es fácil de entender.

La Estelada, por tanto, simplemente no es la bandera oficial de Cataluña igual que la bandera Unionista no es la oficial de Estados Unidos ni la bandera gay es oficial de ninguna parte; lo que sí tienen y mantienen es su valor sígnico –simbólico- porque así lo deciden quienes se acomodan bajo esa bandera. Dicho de otra manera, una bandera es un lugar de encuentro, de comunión entre una serie de personas que se sienten Piratas, del Atleti, Cascos Azules de la Onu, Picados por la Cobra Gay, Independentistas Catalanes o Seguidores del Planeta Melmak.

Por último y para más recochineo, la estrella blanca en las banderas cubana y portorriqueña significó en origen la estrella que aportarían a la Unión cuando ambos territorios se incorporaran como estados a EEUU, que fue quien ganó la guerra contra España en 1898 y los territorios perdidos quedaron bajo su protectorado por el Tratado de París 1898, incluida Filipinas cuya bandera, sospechosamente, es igual de hortera. Uyyyy, perdón, lo que he dichoooo.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
2 comentarios