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Reconciliarme ¿con quién?

Reconciliarme ¿con quién?

lunes 17 de diciembre de 2007, 01:38h

Me avergüenza confesarlo, pero coincido, concuerdo, convengo con el ministro del Interior y Justicia, Pedro Carreño, al menos cuando afirma orondo, orgulloso, perdonavidas: "¡No hay reconciliación posible!". Y claro que no la hay, ni la queremos, porque además de ser un gesto utópico, quimérico y absurdo, una reconciliación a estas alturas, después de todo lo que se ha dicho y de todo lo que no se ha hecho, además de inmoral sería un reconocimiento a la "mierda" que quedó del Sí.

Todo lo anterior sin tomar en cuenta la aclaratoria que hace el periodista Cándido Pérez sobre el significado de la palabra reconciliación: "Volver a las amistades o traer y acordar los ánimos desunidos". Con algunas amistades de antes que, pese a todo, siguen apoyando a Chávez, pudiera haber una especie de reconciliación, sin que haya ocurrido una ruptura manifiesta. Con los Pedro Carreño y demás jerarcas del chavismo, o el propio Chávez, nunca hubo amistad y, aunque la hubiera habido, no hay ni habrá reconciliación.

Para responderle con propiedad al segundo mayor embustero del país y no seguir divagando, quiero reproducir las palabras que usó Jorge Olavarría (entrevista con Alonso Moleiro) para justificar su ruptura con el Gobierno del primer embustero del país: "Vi la clase de gente que estaba metiendo en los ministerios y en las instituciones públicas, tipos botados de todos lados, elementos resentidos a los que investía, con la mayor irresponsabilidad... que iban allá a sembrar el terror por su incompetencia y estupidez, y eso fue la fotografía de lo que pasó después".

Inútil sería tratar de aclarar si Carreño estaba o no en la fotografía elaborada por Olavarría (un historiador y periodista al que debemos un mayor reconocimiento del que se le dio en vida, si tomamos en cuenta la calidad de la obra que nos dejó). Personalmente, creo que sí estaba, y aunque ahora ande con corbata de Louis Vuitton y se atore todo cuando una reportera le pregunta "¿cómo es que un socialista (supuesto, siempre supuesto) lleva una...", el ministro que repite lo dicho por Chávez, y que a veces se atreve a interpretarlo, sigue estando en la foto.

De todos modos, retratado o no, qué suerte la mía, tener que coincidir, concordar, convenir con el hombre de la Vuitton, cuando afirma que "la única reconciliación que puede existir es cuando el pueblo tenga salud, vivienda y empleo y todos podamos gozar de seguridad social" (¿habrá que esperar hasta el 2050?). Lo que dijo es verdad, pero no se producirá hasta que salgan del Gobierno todos los que "siembran el terror con su incompetencia y estupidez", de arriba hacia abajo.

Pedro Llorens
Periodista
pllorens@ el-nacional.com

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