García Albiol, el gran problema

Los votantes del PP en Cataluña tienen que ser serios con el sentido de su voto el 21 de diciembre si de verdad quieren que el unionismo gane el Parlament.

En 2012 el PP obtuvo el 12.3% de los sufragios y en 2015 cayó hasta el 8.9%, un 38.2% de caída. La expectativa de voto para este año 2017 es de 7.6%, o sea pérdida de casi el 50% de sus electores en 5 años. Y cayendo.

El problema fundamental lo tenemos en el sistema d’Hont y en las primas en diputados de las provincias mas pequeñas en habitantes. Así, un voto en Gerona vale tres veces más (dependiendo del tipo de elecciones hasta cuatro veces más) que uno en Barcelona por lo que desagrupar el voto unionista allí solo beneficia a los secesionistas. Además, es zona independentista lo que significa que los restos en el reparto de escaños les benefician cinco a uno entre otras cosas porque se pierden, desaparecen, se los traga el sistema.

Es decir, votar PP en Gerona, un poner, es arriesgar a que el sufragio acabe en la papelera porque no consigan el porcentaje mínimo para entrar en el reparto de escaños. En plata: si el umbral es el 5%, en todas las circunscripciones donde el PP no llegue a ese nivel todos sus votos son votos fuera del sistema, cero, nada, desperdicios. Esta es la razón por la que los secesionistas tienen más escaños teniendo menos votos.

Un análisis somero de los votos obtenidos por Ciudadanos en 2012 y 2015 y añadida a la ecuación las previsiones de su voto a día de hoy, muestran claramente que podrían ganar las elecciones no ampliamente pero sí con la holgura suficiente para que el secesionismo no alcance el gobierno ni pactando con los comunes y su ninismo.

Yo, muchos lectores lo saben porque nunca lo he escondido, soy de izquierdas y el 21 votaré a Miquel Iceta. Aquí no es difícil elegir porque los otros partidos de izquierdas son independentistas (lo que es raro siendo de izquierdas, la verdad, porque nada hay más lejos de la izquierda que el nacionalismo, aunque la historia ya nos ha regalado “izquierdistas” nacionalistas como Slobodan Milosevitz) así que la opción para alguien progresista no independentista es fácil.

-Oiga, se olvida ud. a los comunes.

No, no me olvido de ellos, es simplemente que su postura, en este momento, es insostenible: lo del ninismo de Ada Colau (ni DIU ni 155, reflexión aquí) es cobardía, ignorancia o incapacidad. Eso sin tener en cuenta el altísimo riesgo de que al final se alineen con ERC y PDCat como ya han hecho los desleales Dante Fachín y compañeros. En fin, pero hablo del gran problema, Albiol.

Votar al PP es dar una ventaja cercana al 8% a los independentistas. No nos lo podemos permitir. Está en la conciencia de cada votante elegir entre lo mejor para todos o su zona de confort autoconvenciéndose de que el PP catalán tiene algo que decir en este momento. Lamentablemente, la respuesta es no: votar al PP de Cataluña solo ayudará a mantener la deriva independentista y complicar las cosas en el Parlament.

Ciudadanos es un partido de centro derecha y está dirigido en Cataluña por una mujer joven, con empuje y preparada que, además, va acompañada de un equipo bastante profesionalizado. A ver, a mí no me gustan y por eso no les voto, pero en esta ocasión los unionistas tenemos un objetivo común: desalojar a los secesionistas.

Los votantes tradicionales del PP tienen que reflexionar seriamente: mantener el voto va contra sus/nuestros propios intereses, pero pueden mantener el sentido de su voto eligiendo otro partido de derechas, moderno, insertado en la sociedad catalana de manera natural y alejado de riesgos innecesarios por aplicación de la ley electoral.

¿Votas al PP? Pues está en tus manos que los independentistas no vuelvan a ganar en escaños y perder en votos. Esta vez tienes que ser flexible y votar a Inés Arrimadas. Si no lo haces y no ganamos los unionistas, tendrás que apechugar con tu responsabilidad que no se diluirá en excusas de mal pagador porque el riesgo innecesario favorece al contrario.