El Gobierno de Ecuador prepara una reforma financiera que busca crear una nueva arquitectura económica del país, evitar el endeudamiento externo y controlar al sistema bancario.
El estudio de esa reforma se efectuó este martes durante un taller del grupo económico del Gobierno, presidido por el jefe del Estado Rafael Correa.
Según el mandatario, con la reforma se pretende que retorne al país una millonaria suma de dinero que ha emigrado y que ha frenado las posibilidades de financiación interna.
El gran reto del Gobierno consiste en "atraer el ahorro de los ecuatorianos que está fuera del país para la inversión nacional", añadió Correa, tras indicar que "son como 5.000 millones de dólares los que podemos traer, con adecuados incentivos, pero también con una adecuada regulación, y eso se logra con una economía dinámica".
Correa dijo que el país tiene "11.000 millones de dólares en el exterior", cifra que supera "la cantidad de depósitos que tenemos en el sistema financiero", pero se lamentó de que "casi 4.000 millones de dólares tiene el Banco Central en reservas, recursos que no sirven para nada y están en el exterior".
"Lo que me parece increíble es que el propio Estado saque su dinero y tengamos que pedir caridad al capital internacional. El país necesita administrar efectivamente el ahorro a la inversión nacional", subrayó Correa.
De su lado, el ministro coordinador de Política Económica, Pedro Páez, indicó a periodistas que la reforma es "una nueva arquitectura financiera, una nueva forma de funcionar de los mercados financieros" en el país.
Según Páez, uno de los objetivos del proyecto es llevar adelante un proceso de reformas institucionales y normativas que permitan que la banca ofrezca tasas de interés más atractivas y con seguridad financiera.
Sobre los mecanismos de garantía de liquidez del sector financiero nacional, Páez dijo que ese es "un tema demasiado delicado para dejarlo en manos de los banqueros, porque la estabilidad financiera es un bien público, es un recurso del Estado y éste tiene que controlar lo que pasa con esos recursos".
La reforma es un esquema de seguridad financiera que incluirá distintas líneas de referencia, partiendo de "la propia responsabilidad de la banca", la misma que debe funcionar "con sus propios recursos y sus propios activos líquidos invertidos" en el país, añadió Páez.
Asimismo, dijo que el Gobierno pretende crear, con la reforma, "un mecanismo mucho más fuerte del fondo de liquidez, que permita enfrentar cualquier tipo de turbulencia" futura en el mercado financiero nacional.
"Estamos hablando de la nueva arquitectura financiera doméstica, que genere una mejor gestión del riesgo macroeconómico", añadió Páez.
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