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ETA asesina a dos guardias civiles madrileños

viernes 21 de diciembre de 2007, 14:04h
La banda terrorista ETA mató a los guardias civiles madrileños Raúl Centeno y Fernando Trapero. Madrid y toda España se unió para despedirles y para reclamar a ETA que abandonase las armas de una vez por todas.
Los hechos ocurrieron durante una operación de vigilancia a la banda terrorista en Francia, al producirse un tiroteo cuando los etarras se percataron, en el interior de una cafetería, de la presencia policial y atacaron a los agentes. Raúl Centeno, fallecido en el acto, había nacido en Madrid el 11 de junio de 1983. Su compañero Fernando Trapero, quedó gravemente herido y murió cinco días después en Bayona.

El mismo día del ataque, la Federación Madrileña de Municipios (FMM) convocó concentraciones de repulsa en todos los ayuntamientos, en los que se sucedieron las condenas a las acciones de la banda terrorista.

Luto oficial

La Comunidad decretó dos días de luto oficial por la muerte de Centeno, que recibió sepultura tras un emotivo funeral de Estado en la sede de la Dirección General del Instituto Armado. En el mismo participaron los Reyes de España, los Príncipes de Asturias y los miembros del Gobierno, encabezados por José Luis Rodríguez Zapatero.

Además, se impuso al fallecido la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo, así como la Medalla de Oro de la Policía Nacional.

El Foro de Ermua convocó concentraciones de protesta, en las que la única negativa fueron los insultos al concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Pedro Zerolo, al que un grupo de exaltados increpó al tiempo que mostraban pancartas con consignas contra el presidente del Gobierno.

En la Plaza de la Independencia miles de personas se concentraron para en solidaridad con las familias de las víctimas, acto en el que además se leyó un comunicado pidiendo la unidad de toda la sociedad.

Detenidos los asesinos
Las concentraciones de apoyo tuvieron que repetirse el cinco de diciembre, cuando Fernando Trapero falleció en Francia a causa de las heridas recibidas en el tiroteo con los terroristas. Por Trapero, se repitieron las muestras de dolor, que los madrileños escenificaron con nuevas concentraciones para pedir el fin de la barbarie etarra y con dos días de luto oficial.

El mismo día que se conoció su fallecimiento la Policía francesa detuvo cerca de Toulouse a Asier Bengoa (en la imagen) y Saioa Sánchez, autores del atentado, que fueron enviados a prisión.

Tras instalar su capilla ardiente en Valdemoro, Fernando Trapero fue despedido también en un funeral de Estado. El féretro del agente, cubierto por la bandera de España, llegó a hombros de sus compañeros de unidad mientras la banda de la Guardia Civil tocaba la Marcha fúnebre de Chopin.

A Trapero le fueron impuestas las condecoraciones de Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo, así como la Medalla de Oro de la Policía Nacional.

Así, Madrid terminó 2007 con dolor, pero unida contra ETA.
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