Los 'galácticos' visten ahora de azulgrana

Llega, como todas las temporadas, el partido del mes, del año, del siglo y del milenio, que en escasas ocasiones es luego decisivo para el título. Aunque ahora, a pesar de que falta toda la segunda vuelta, sí tiene un morbo añadido. Se trata de la descomposición que aumentaría en el dividido vestuario azaulgrana –con un bloque encabezado por Puyol y Eto’o entregado a la causa y otro que comandan Ronaldinho y Márquez más bien pasotas y a verlas venir- en caso de una victoria blanca. Un triunfo éste, si se produce, que por esta cuestión del vestuario y otras extradeportivas y morales iría más allá para ellos de esa enorme distancia de siete puntos con que se escaparían los de Schuster. Porque tras dos años ‘triomphants’ y lluvia de títulos, el Barça ya fracaso rotundamente en la temporada anterior, cuando era favorito a todos, y ahora parece llevar idéntico camino.

Como tras el fiasco no rodaron cabezas, ni se traspasó a los futbolistas que ya no tienen hambre de títulos –además del brasileño y el mexicano-y se han vuelto acomodaticios, esta campaña va camino de repetirse el fracaso. Igualico, igualico que aconteció con los ‘galácticos’ -léase el Madrid de Florentino Pérez en su segunda etapa-, que anduvieron perdidos tres años en el desierto de la sequía de títulos tras ganarlo todo en su primera temporada y a pesar de seguir contando con la mejor plantilla individualmente de la Liga española. Pero, en general las estrellas –no de forma idéntica, porque en la ponzoña y la improfesionalidad estaban sobre todo Ronaldo y Roberto Carlos- se encontraban saciadas de millones y de campeonatos y en el terreno de juego se limitaban al pasotismo y aligeros destellos sin compromiso con los colores ni lo que estos representan.

El Barça, con un equipo de gente joven y talentosa pero ayuna de títulos, se aprovechó y se los apuntó. Pero la tortilla ha dado la vuelta y ahora un Madrid con menos estrellas que en la época ‘galáctica’ pero con más bemoles en el campo –cual corresponde al látigo de Schuster, similar al de Capello, aunque con mayor interés por el buen juego y el espectáculo, pelea y gana. Mientras en el Barça sólo algunos pelean y no siempre ganan. Ahora, los 'galácticos', para decepción de los 'culés' y alegría de los madridistas son ellos y visten la camisola azulgrana. Al margen de todo ello, y en lo estrictamente futbolero, preparémonos para disfrutar del espectáculo que deben ofrecernos los dos grandes/grandes, en presupuesto e historial, de nuestro fútbol. Y que gane el mejor.