Buen ejemplo de la Asamblea

Acabamos de empezar el año, llevamos poco más de tres semanas, y ya han caído las primeras  víctimas de la violencia machista, entre ellas, una mujer de Alcalá de Henares y su hijo de 11 años, a manos de su terrorista particular: el que aparecía como su compañero o pareja sentimental. Ya son demasiadas mujeres las que han perdido la vida y, a pesar de la existencia de leyes que protegen a las víctimas y de condenas a penas de cárcel para los asesinos,  la sangría no cesa. Durante muchos años, la muerte de una mujer a manos de su marido, amante, compañero, o sencillamente su verdugo,  tenía la consideración de cuestión privada dentro del matrimonio o pareja.

Afortunadamente, la mentalidad va cambiando poco a poco y los derechos violados de las personas son considerados como un ataque contra todos. Todavía no se ha encontrado la solución que ponga fin a los desmanes de estos maridos que se dejan llevar por la asquerosa frase de "la maté porque era mía”, pero quizá el buen ejemplo de la Asamblea de Madrid de concentrarse delante de la puerta de la sede vallecana del Parlamento regional, cada vez que se cometa un acto de violencia de género contra una madrileña, merezca la pena secundarlo.

Esta decisión de la Cámara regional -propuesta en diciembre de 2007 por la portavoz parlamentaria de IU, Inés Sabanés,  y apoyada por socialistas y populares-, que llega tarde, aunque nunca es tarde si la dicha es buena, puede ayudar a a la ciudadanía a mostrar en público su rechazo a estos métodos tan de otro siglo.  Se produjo la primera reacción, después de acabadas las vacaciones de Navidad, y acudieron todos. No faltó ni el secretario general del PSM, Tomás Gómez, que llevaba ya muchos meses sin aparecer en público por la sede del Parlamento regional después de dejar todo en manos de su portavoz, Maru Menéndez. También acudió el ex portavoz parlamentario de la coalición y en la actualidad coordinador regional de esta formación, Fernando Marín. No estuvieron la presidenta de la Cámara regional, Elvira Rodríguez, en otras tareas, ni el portavoz del PP, Antonio Beteta, quien delegó en su portavoz adjunto, David Pérez.

Todos los que estuvieron presentes guardaron silencio durante cinco minutos en recuerdo de todas las víctimas de violencia de género. Este buen ejemplo de la Asamblea de Madrid merece la pena que llegue a todos los oídos (sindicatos, asociaciones de mujeres, vecinos de Vallecas o de otro barrio y todo tipo de entidades
sociales) con el propósito de que los diputados y trabajadores de la Asamblea de Madrid en la siguiente concentración no estén solos y sí acompañados por todos los que puedan unirse a este grito contra esta lacra social para que nuestro asco llegue a todos los lugares, incluso donde hay potenciales terroristas de género.