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Disculpas al doctor Montes de Leganés

martes 29 de enero de 2008, 15:10h
   ¿Qué tiene más interés para el ciudadano: Seguir debatiendo sobre la paga extra que Zapatero pretende dar a los contribuyentes de 400 euros cada año, porque el superávit fiscal lo permite, o la sentencia de la Audiencia de Madrid que ha exculpado de toda responsabilidad a los médicos y restante personal sanitario acusado durante tres años de practicar sedaciones inadecuadas y excesivas? O sea, de practicar la eutanasia con varios centenares de pacientes del hospital público de Leganés...

   Los dos asuntos han "caído" en la campaña electoral,  y están siendo motivo de reflexión, análisis y debate público. Los dos están mereciendo división de opiniones. A algunos les parece que el PSOE y Zapatero han improvisado una oferta demagógica, y de un electoralismo exagerado e incluso inadmisible. Otros dicen que los políticos, éstos y cualesquiera, dan a los ingresos presupuestarios el  destino que quieren, y que de ese superávit fiscal bien pueden dedicar una parte, un tercio aproximadamente, a devolverlo a los contribuyentes, en ese cheque de 400 euros anuales... Otros  dedican sus presupuestos a fiestas populares o a fuegos artificiales.

   Sin embargo, me da la impresión de que el debate sobre la reforma fiscal que propone Zapatero, -la jugarreta, como la ha calificado Acebes, o la actitud caciquil de compra de votos, como la ha tachado Aznar- y que llevará al parlamento si es elegido, según ha puntualizado,  empieza a merecer menores atenciones que la decisión de la Audiencia sobre las sedaciones de Leganés. Hay que recordar que, en su momento, aquel caso de las sedaciones reclamó atenciones muy amplias, y que los responsables de la Comunidad de Madrid no ahorraron severísimas críticas a la clase médica del hospital público.

   El doctor Luis Montes fue separado el servicio, y ahora, finalmente, ha visto reconocida su buena labor, alejada de cualquier acusación de malas prácticas.  Entonces, aquellas acusaciones venían a significar, ni más ni menos, que los médicos procuraban la muerte inmediata de los pacientes, sin mayor espera ni largas agonías. Era una acusación de practicar la eutanasia, exactamente. Y en ella se mezclaron sin recato tanto la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre como el consejero de Sanidad, Lamela. Ahora, aquellos profesionales de la Medicina y de la Sanidad reclaman las correspondientes disculpas, a las que los responsables políticos se resisten de manera poco ejemplar. Hasta el punto de que el doctor ahora exculpado, Luis Montes, ex jefe de Urgencias de Leganés: señala su deseo: "Espero ver a Lamela en el banquillo.  Que pida perdón por toda la gente que ha muerto con dolor estos años. No les concedo el perdón", insiste en su reclamación.

   Sin duda, los 400 euros de Zapatero y las sedaciones de Leganés son las dos cuestiones del momento del mayor interés para los ciudadanos.

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