Empiezan las quinielas

Aún falta un mes -exacto- para las elecciones y ya están empezando a funcionar a todo trapo las quinielas de ministrables en uno y otro partido posible ganador (aunque, la verdad, son más los que apuestan por una victoria corta del PSOE que por una, no menos apretada, del PP). Hay quienes piensan que Zapatero no podría arriesgarse a repetir algunos nombres de su actual equipo gubernamental, por muy queridos que le sean algunos personajes. Por ejemplo, Carmen Chacón, demasiado leve. Hay quien cita a Moratinos, creyendo que es culpable de la gestión en política exterior, que ya se sabe -o debería saberse- que corresponde al presidente. Pero la mayor parte señala a Magdalena Álvarez, puede que sin reparar que la ministra de Fomento es un estupendo escudo para desviar rayos que podrían, si no, ir a parar a la cabeza presidencial.

Ignoro, claro, cuál será el destino que el dedo zapateriano reservará a nuestra ‘Maleni’ nacional. Si yo fuera presidente -vade retro-, ni se me ocurriría separar del gobierno a la señora Álvarez, parachoques deslenguado que recibe tantos golpes que tal vez a ella no le corresponderían. Pero, claro, Fomento es mucha cartera, y aseguran que está reservada para algún ‘peso pesado’. Como Elena Salgado, ex ministra de Sanidad y actual ministra de Administraciones Públicas, muy cercana a Pérez Rubalcaba. Tanto, que hasta la ha enviado a su tierra, Cantabria, de candidata cunera, mientras don Alfredo viajaba a Cádiz, donde nada se le había perdido hasta ahora. Fuentes muy de dentro me aseguran que Salgado está llamada a desempeñar esta ‘supercartera’, para la que también han sonado otros nombres. Pero Salgado, sin duda la ministra más consistente del elenco femenino en el gobierno, está llamada a muy altos vuelos. O a muy ambiciosos recorridos ferroviarios: tiene fama de gestionar bien. Será si el PSOE gana, claro.

Pero dejemos por hoy en esta casilla la quiniela. Atención a Elena Salgado en el Gobierno y a Elena Valenciano en el partido. Y hay un tapado, importante, en la tercera pata, la portavocía parlamentaria en el Congreso: ¿un catalán? En los próximos días, más. Y eso, sin tener que ir a esos restaurantes de 5 tenedores que tanto frecuenta aquí el colega del off, y de los que tanto presume. Así se está poniendo él...