Pesa lo macro

Las bolsas continúan comportándose a golpe de dato. La volatilidad sigue siendo la característica principal de los mercados y el arte del día a día el quehacer de los inversores. La semana en España ha acabado en positivo, pero en lo que va de mes, el índice selectivo acumula pérdidas cercanas al 1,2 por ciento. No cabe duda de que cada dato, cada declaración sobre la marcha de la economía, sobre todo norteamericana, dirige los pasos de los inversores. Y esta semana ha habido de todo ello y todo pesimista.

 Por ejemplo, la confianza de los consumidores norteamericanos está bajo mínimos y el presidente del Tesoro cree que la economía estadounidense está peor de lo que parece. Tampoco en España los datos son más alentadores. La inflación sigue alta y el paro de febrero puede ser preocupante con maquillaje y todo. Es verdad que el dato de crecimiento dice el INE que sigue siendo bueno, a pesar de que los componentes están todos a la baja: la producción industrial, el consumo de cemento, las ventas de las empresas. Y, lo más importante es el indicador sintético que elabora el Ministerio de Economía y que viene anunciando desde principios de año una desaceleración progresiva que ha llevado al PIB de diciembre a un aumento de apenas del 2,6 por ciento. Tampoco en España la confianza está para tirar cohetes y los asuntos económicos siguen siendo preocupación importante para los españoles, según todas las encuestas. Entretanto, el Gobierno sigue ocultando la realidad a los ciudadanos, restando importancia a lo que puede venir y por tanto inactivo o prometiendo el oro y el moro, más gasto público, más madera para la inflación.

En este contexto, es difícil que las bolsas recuperen una cierta calma. No hay que olvidar además que el principal problema, la desconfianza en el sector bancario mundial sigue ahí acechando. Y algo más y que afecta a los mercados bursátiles europeos, el presidente del BCE se muestra reacio a bajar los tipos de interés. Trichet ha dicho en Madrid, a preguntas en un foro de ABC del presidente de la CEOE, que está muy preocupado con la inflación y que por ahora no se puede bajar la guardia. La reacción a estas declaraciones la tendremos el lunes, ya que los inversores daban por descontado que en breve Trichet cedería a las presiones, olvidaría por un momento las tensiones inflacionistas y reduciría el precio oficial del dinero.