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Dulce de lechoza por paracaídas

Dulce de lechoza por paracaídas

sábado 16 de febrero de 2008, 19:56h
La tolvanera se origina por su entrega a lo externo y el déficit de atención a la crisis interna


El aeroplano de la fantasía se viene en picada. Y él (Yo-yo) lo percibe. Son muchos los indicios que titilan en el firmamento. Demasiadas las señales de radar para seguirlas ignorando. Seguro algún cofrade ya se lo habrá susurrado alertándolo (más de uno estará alistando su parapente mientras el caudillo paladea el dulce de papaya que cada vez le sabrá más amargo). Aunque, claro está, él es dado a creer que todo se desliza sobre nubes. Prefiere, aún en esta turbulencia, seguir escuchando la trova de adulantes que corea "así, así es que se reina".

La tolvanera está vinculada con su entrega (en todo sentido) a lo externo. Esto contrasta con la incapacidad de su equipo para resolver los problemas internos. Se le censura que está regalando el país en medio de un agudo proceso de deterioro socio-económico y carestía. Y que sea tan dadivoso con Cuba, Bolivia, Argentina, Ecuador, Nicaragua y otros oportunistas. Les dona petróleo y derivados, refinerías, plantas eléctricas, aeronaves, viviendas, útiles educativos, medicamentos, tractores, puentes y escuelas. Además financia campañas presidenciales (hay quien sostiene que también subvenciona grupos radicales), subsidia movimientos ideológicos afines foráneos y, más recientemente, cubre viajes y antojos consumistas de apologistas de su imagen y proyecto. Además, condona deudas y adquiere bonos basura.

¡Ah!¿ Y esto sin contar lo que derrocha en la "línea aérea bolivariana" en la cual recorren mundo, a costillas de los venezolanos, mandatarios y dignatarios convocados a saraos montados para aplaudir o cantar loas al emperador y su proyecto. Entre tanto, en la comarca real sigue avanzando el deterioro y, por ende, el malestar del soberano. Después de nueve años de ineficiencia, engaños, virulencia y controles no se le ve el queso a la tostada.

Como si fuera poco, ahora mudó los reales del país (¿cuántos?) a bancos en confines dizque aliados (¿cuáles?). A todas estas, nadie o muy pocos saben, incluso entre los cortesanos reales, cuanta platica estaría depositada en esas instituciones y cuánta (si es que de verdad existen esos recursos) habría en los recónditos fondos de ahorro y de estabilización macroeconómica.

Él, es verdad, está muy angustiado. Por lo que percibe e intuye que pudiera eventualmente acontecerle. Electoralmente se siente muy vulnerable. Le asustan los resultados del próximo proceso. Pero no cambia en su conducta. Ni rectifica en su obsesión. Lo de Pdvsa, aún antes de las demandas y la congelación de bienes, era álgido. Ahora lo es más. Le hace falta plata para sus propias actividades. Por ello no puede con la carga adicional (producir, importar y distribuir alimentos) que disparatadamente le impusieron. Y si Pdvsa no tiene con qué llenar los anaqueles de supermercados y bodegas, lo que viene es hambruna. Y, joropo con hambre no dura, compadre.

Miguel Sanmartín
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