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El circo, lugar de integración

domingo 24 de febrero de 2008, 13:25h
Son muchos los que conviven día a día con la soledad y la gran mayoría son personas mayores, discapacitados o gente que vive en la calle...Por este motivo,  la ONG Desarrollo y Asistencia llenó el pasado viernes el Circo Americano de Las Ventas con todos sus beneficiarios, para poder hacer que todas estas personas disfrutaran de un rato agradable y, sobre todo, en compañía...
“Carlos tenía tantas ganas de venir al circo que ni me lo he pensado y por eso estamos aquí los dos”, declara Carmen, madre de Carlos, discapacitado físico y psíquico de 21 años. Como Carmen y Carlos fueron muchos los que se acercaron el viernes por la tarde al Circo Americano de  Las Ventas, que ofreció de forma gratuita la sesión de las 18 y 30 horas para todos los usuarios y voluntarios de la ONG Desarrollo y Asistencia.

Esta organización de voluntariado desarrolla programas dirigidos a personas de cualquier edad y sexo que se encuentren en situación de necesidad por soledad, enfermedad, marginación, pobreza, desarraigo familiar o discapacidad. “Somos más de 1300 voluntarios, divididos en cuatro grupos por los cuatro proyectos que actualmente tiene la ONG en la Comunidad de Madrid. Hemos venido esta tarde al circo porque nos sentimos parte de esta organización  y estamos muy motivados con la labor que hacemos. Además,  nosotros también necesitamos algo de alegría y diversión, no todo va a ser trabajar”, asegura Catalina Orozco, voluntaria de la ONG,  de 33 años de edad.

El número de asistentes ascendió a 2.400 personas: chicos discapacitados de 5 centros de educación especial y ocupacionales, abuelos de 4 residencias de mayores y del Programa de ayuda en domicilio, personas sin techo del albergue Municipal de Acogida de San Isidro y muchos de los voluntarios de la ONG Desarrollo y Asistencia.

Actualmente en Madrid hay 132.000 ancianos mayores de 65 años que viven solos, con problemas de salud e infravivienda. Este es el caso de Carmen, y Mari Luz Olías dos hermanas que tampoco quisieron perderse su tarde de circo: “mi hermana es discapacitada psíquica y yo me sigo haciendo cargo de ella. Vivimos las dos solas en mi casa y yo, por mi edad, casi no puedo hacer las cosas del hogar. Como las chicas de la ONG vienen una vez por semana, desde hace dos años,  para pasear y estar con nosotras, nos preguntaron si nos apetecía venir al circo y ya nos ves, aquí sentadas”, explica Carmen.

Antonio, de 37 años de edad, es una de las 21.000 personas discapacitadas intelectuales que viven actualmente en nuestra comunidad. Tampoco faltó a la cita: “llevo 4 o 5 años en la ONG y me gusta mucho salir con ellos”, explica Antonio. “ Son gente maravillosa, se preocupan mucho por todos ellos y los cuidan con mucho cariño. Cada 15 días le vienen a buscar a casa para hacer una salida, van  a ver museos, a la bolera, a la ludoteca...A él le sienta muy bien eso de  salir por ahí con personas diferentes. A la familia la quiere mucho  pero ya nos tiene muy vistos”, añade su madre Carmen.

Los sin techo también disfrutaron de su tarde de ocio en el circo. Las calles de Madrid acogen a casi 3.000 personas en situación de desarraigo y marginación, Nacho,  hasta hace poco, era uno de ellos: “no llevo mucho tiempo en el albergue de San Isidro pero me apunto a todas las actividades que van surgiendo porque me gustan todas” , declara.

Según el artículo 25 de la Declaración universal de los Derechos Humanos, todas las personas tienen derecho a un nivel de vida adecuado,  que le asegure la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios. Gracias a ONG´s como Desarrollo y Asistencia esto es, día tras día, una realidad más palpable en nuestra sociedad.
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