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Elecciones en la Conferencia Episcopal

Expectación máxima y previsible continuismo en la cúpula eclesial

viernes 29 de febrero de 2008, 18:56h
JOSÉ CATALÁN DEUS

Todo está atado y bien atado para que los obispos españoles elijan a su presidente el próximo martes. El 'primer ministro' vaticano supervisó en persona la situación. Lo probable es que repita el presidente Blázquez con el apoyo tácito del cardenal Rouco y la reelección del cardenal Cañizares como vicepresidente. Pero hasta el lunes puede haber sorpresas.
Nunca en las tres décadas democráticas españolas había importado tanto quién será el presidente de los obispos católicos, cuál será el equipo dirigente de la Iglesia durante los próximos tres años. La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) se reúne a partir del lunes para elegir su cúpula. Lo más probable es que reelija su equipo dirigente, el presidente Blázquez y el vicepresidente Cañizares. Con ello intentará no dar argumentos al laicismo para movilizaciones demagógicas de última hora. El problema perverso y no0 resuelto es que podría entenderse que el mensaje subliminal de nuestros obispos es ese de ¡más vale lo malo conocido...', y su aplicación a las elecciones ciudadanas de unos días después.

Hagan lo que hagan, influirá sin duda en las elecciones del 9-M. Pero aunque el cardenal Rouco, en caso de querer la revancha, derrotaría sin dudas a un Blázquez apocado, la corriente conservadora que lo apoya ha valorado con buen criterio que su retorno sería enarbolado por la fabulosa maquinaria de 'agit-prop' gubernamental -que ya cosiguió dar la vuelta al 14-M del 2004 en las últimas 48 horas- para movilizar el voto más exaltado y marginal de la izquierda.

Les parece mejor dejar las cosas como están. Al fin y al cabo, aunque el presidente Blázquez es jaleado por el adversario externo, no deja de ser un hombre conservador, que ha permitido expresarse con toda libertad a los ‘neocon’, y ha hecho un buen tándem con su 'extremista' vicepresidente Cañizares en las  negociaciones con el gobierno.

Por tanto, todo indica que habrá continuidad en la calle Añastro, donde tiene su sede la CEE. Ese parece el resultado de la escala técnica del miércoles pasado en el aeropuerto de Barajas del secretario de Estado del Vaticano (primer ministro), Cardenal Tarsicio Bertone, en su viaje de regreso desde Cuba a Roma.

Bertone ofició una misa en el mismo aeropuerto para agradecer a Dios los estupendos resultados de su viaje a Cuba, y junto a él en la Misa y en conversaciones previas y posteriores estuvieron el Nuncio del Vaticano en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, y el portavoz de la Conferencia Episcopal española, monseñor Juan Antonio Martínez Camino. Bertone pudo recibir las últimas noticias del proceso preelectoral en curso entre los obispos españoles e impartir las últimas directrices. Monteiro y Camino juntos escenificaron que las maniobras de Zapatero para enemistar al Vaticano con la CEE fueron de colegiala, y Bertone reiteró la instrucciones del Papa: firmeza en el fondo, moderación y unidad en la superficie. El tradicional puño de hierro en guante de terciopelo.

Bertone, Monteiro y Camino, el triunvirato mismo del poder, unificaron criterios de cara a este histórico acontecimiento, que coincide por primera vez con las elecciones políticas y que está cargado de significados ante el futuro de las relaciones Iglesia-Estado en nuestro país.

Blázquez, aprobado

El próximo lunes, Blázquez hará balance de su mandato y se mostrará probablemente dispuesto a la reelección. El Nuncio Monteiro tomará la palabra a continuación para pedir unidad. El martes, los obispos españoles elegirán a su presidente para los próximos tres años teniendo en cuenta los conflictos vividos con el gobierno durante la pasada legislatura, y la posibilidad, en caso de victoria del PSOE, de una revisión de los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 o de la Ley de Libertad Religiosa de 1980.

Blázquez fue elegido en marzo de 2005 poco antes del cambio de Papa y de la legalización del matrimonio homosexual con la que el presidente Rodríguez Zapatero recibió al nuevo papa Benedicto XVI a las 24 horas de ponerse la tiara. El balance de su gestión puede calificarse con un aprobado: ha sido un presidente huidizo, al que le ha costado incluso comprarse un teléfono móvil, pero que al mismo tiempo ha dejado hacer. Más vale poco protagonismo que excesivo. Más vale prudencia que verborrea. Él y Cañizares han formado un equipo 'vincente' y sin enfrentamientos públicos, que ha conseguido encarrilar la autofinanciación de la Iglesia, al pasar el porcentaje vía IRPF del 0,52 al 0,7%; también ha consolidado el control eclesial sobre los profesores de Religión. En el aspecto interno, el nuevo Plan Pastoral ha sido un laudable esfuerzo. El Papa se quedó contento con su visita a Valencia y parece que repetirá estancia española.

Peor, por el otro lado, han sido muchas las bofetadas encajadas: asignatura de educación para la ciudadanía, ley de matrimonio homosexual, divorcio express, ley de Investigación Biomédica que permite la clonación de seres humanos, acoso desde el laicismo, agitación y propaganda anticlerical desde los medios afines al gobierno, amenazas y provocaciones varias.

En resumen, sopesados datos a favor y en contra, la 'legislatura episcopal' aprueba si somos honestos, teniendo en cuenta el diluvio que está cayendo sobre una institución amenazada.
 
Los temas que más han preocupado a los obispos en este trienio están bien expuestos a través de los 57 documentos emitidos por la Asamblea Plenaria, la Comisión Permanente, el Comité Ejecutivo, la Secretaría General y la Oficina de Información. Los más importantes fueron la Instrucción Pastoral “Teología y secularización en España. A los cuarenta años de la clausura del Concilio Vaticano II" (marzo de 2006) y la Instrucción Pastoral “Orientaciones morales ante la situación actual de España” (noviembre de 2006).

La mayor parte de los pronunciamientos de la CEE han estado vinculados a la educación (sobre la LOE de 2005, 2006 y 2007), el matrimonio y la familia (sobre todo en 2005, ante la aprobación del “matrimonio” entre homosexuales), los límites de la investigación científica (notas en 2006 sobre la Ley de reproducción asistida y la Ley de investigación biomédica) y la condena ante atentados terroristas de ETA como el de la T4 en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, en diciembre de 2006 o el que la banda perpetró en Capbreton (Francia), en diciembre de 2007.

Los últimos manifiestos de la CEE, que todavía nadie ha olvidado por la repercusión alcanzada, fueron presentados el pasado mes de enero por parte de la Comisión Permanente, “Ante las elecciones generales de 2008” y por parte del Comité Ejecutivo, “Sobre la celebración por la Familia Cristiana del 30 de diciembre” en Madrid.

La única dificultad para la reelección del dúo Blázquez-Cañizares, consiste en que no se presentan candidaturas conjuntas a la presidencia y a la vicepresidencia, y tendrán ambos cargos que se ser decididos en votaciones separadas. Podría haber sorpresas y maniobras para dejar a Cañizares fuera a última hora. Pero parece difícil que prosperen en más de una docena de votos en contra y/o en blanco.

Pero, naturalmente, todo esto no son sino previsiones, bien sopesadas y documentadas, pero pendientes de una realidad imposible de prever. Puede haber sorpresas, sin duda, y máxime en el país de las sorpresas electorales, y teniendo en cuenta que las anteriores elecciones episcopales sorprendieron hasta al lucero del alba.
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