El país está convulsionado. El régimen hace agua por los cuatro costados y la oposición se encuentra engolosinada ante el manjar electoral que se avecina. El dueño del país prohibió las candidaturas mientras los aspirantes opositores brotan como el agua de un manantial. Los afectos al régimen se están devorando entre ellos mientras la oposición, de nuevo, trabaja por la unidad. Unos esperan que los señale el dedo que les dará la bendición, mientras que otros buscan afanosamente la aprobación de las masas.
Este panorama luce alentador para la oposición. Una gran cantidad de líderes y de ciudadanos, entusiasmados con la victoria del 2D, se convencieron de que este régimen puede ser derrotado por los votos y han enfilado todas sus baterías hacia ese objetivo. En el otro extremo, hay quienes todavía promueven la abstención porque están convencidos de que el régimen es el dueño absoluto de los resultados electorales. De nuevo, muchos venezolanos nos encontramos ante el recurrente dilema de votar o no votar.
Ambas opiniones son respetables. Hay demasiados buenos argumentos para sustentar una y otra. Unos dicen: "La pelea es peleando" "La democracia se gana en las calles" "Ya ganamos el 2D" "Ya el pueblo perdió el encanto con su otrora líder" Mientras, el resto argumenta: "Las dictaduras no pierden elecciones" "El CNE está subordinado al régimen" "Ellos harán todo lo que sea necesario para conservar el poder".
¿Quién tiene la razón? En mi humilde opinión, ambos tienen buenas razones para sustentar sus posiciones, lo cual no significa que irremediablemente va a pasar una y otra cosa. Va a pasar lo que los ciudadanos hagamos que pase y esto nos conduce a una conciliación entre esos dos extremos. Tenemos que seguir adelante construyendo democracia con métodos democráticos, pero debemos también detectar y combatir los métodos no democráticos del oponente. Debemos expresarnos a través del voto, pero también debemos asegurarnos de que nuestra expresión en las urnas sea respetada. Debemos buscar la unidad para seleccionar los mejores candidatos, pero también debemos unirnos para que su elección sea viable. Debemos apoyar a las organizaciones políticas de oposición, peor también debemos apoyar a las ONG´s y a las personalidades que están trabajando para descubrir y desmontar las trampas de un CNE que, sin duda, sigue las órdenes del caudillo.
Los resultados del 2D no han salido a la luz pública, en incuestionable violación de la normativa electoral, y los partidos de oposición se han hecho los locos. Esta posición es, por decir lo menos, sospechosa. El REP sigue sin auditar. Las cedulaciones "express" y los cambios de centros de votación continúan sucediéndose sin control. Los miembros de mesa siguen siendo seleccionados de forma arbitraria. Se habla de seguir comprando máquinas. En fin, el cuestionado aparato electoral del régimen sigue avanzando a paso de vencedores. Esta realidad no se puede desestimar.
Levanto mi voz de alerta para que no nos concentremos sólo en las candidaturas. Sean bienvenidas todas ellas, pero no olvidemos que la idea no es sólo lanzar candidatos. El objetivo real es que sea el pueblo quien elija, libre de trampas y de presiones, a quien desea elegir.
Gustavo Yepes
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