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Michelle Obama deslumbra como futura primera dama

Michelle Obama deslumbra como futura primera dama

miércoles 05 de marzo de 2008, 04:58h
  

 

Cherchez la femme. Michelle Obama es a la vez una mujer con porte de Jackie Kennedy, el cerebro de Hillary Clinton y la sencillez de Laura Bush.
  
 La batalla de senadores en Texas y Ohio se transformó en la guerra de matrimonios mostrando la superioridad de los Obama frente a los Clinton con la misma magia que aupó a John F. Kennedy y su esposa Jackie a la Casa Blanca.

La consideran un modelo a seguir

En el momento en que la campaña electoral en Estados Unidos entró en su momento crítico, la personalidad de Michelle Obama saltó a un primer plano apareciendo ya como la Jackie negra que con su filosofía, estilo de vida y valores humanos se ha convertido en modelo a seguir para millones de estadounidenses. Para los analistas, según informaciones recogidas por Hechos de Hoy, Michelle Obama surgió con fuerza como la carta ganadora del senador por Illinois en el momento en que está en juego la lucha por la Casa Blanca.

Michelle Obama a sus 44 años, dos menos que su esposo, es realmente una mujer sorprendente. Formada en prestigiosas universidades de Princeton y de la Escuela de Leyes de Harvard, su popularidad llega incluso a superar a su marido. Con su especial sentido del humor, al ser presnetada en un mítin como la próxima presidenta de Estados Unidos, no se mordió la lengua para preguntarse de forma punzante cómo se sentiría Barack si se convirtiera en el primer caballero.

No viene de ninguna rancia familia

Michelle Obama, de origen humilde, y sin pertenecera ninguna saga de patricios de la Costa Este de Estados Unidos, encarna sobre todo el éxito labrado con un intenso y serio trabajo realizado desde muy joven y con gran esfuerzo. Tras su graduación en Harvard, Michelle ingresó en el bufete Sidley & Austin, en la ciudad de Chicago. Fue en ese trabajo cuando le pidieron ser la mentora de un joven afroamericano que aún estudiaba leyes en Harvard. Fue un rápido fechazo que unió sus vidas.

"Recuerdo que era alta -casi de mi estatura con tacones- y adorable, con un talante amistoso que combinaba con su traje sastre y blusa", señala Barack Obama en su autobiografía. Hoy Michelle, vicepresidenta del Centro Médico de la Universidad de Chicago, interrumpió de forma momentánea su vida laboral para apoyar la campaña de su marido pero sin dejar de estar muy pendiente de sus
sus hijas Sasha, de 5 años, y Alexa, de 7.

Muy apurada por el cambio

Desde un primer momento vive la campaña muy intensamente. Está convencida de que es el momento y la hora de Barack, así como del cambio en Estados Unidos. "Estoy desesperada por el cambio. No en ocho años o en 12, sino ahora mismo. No tenemos tiempo de esperar. Necesitamos un cambio en grande", ha subrayado.

En España apenas se conocía el nombre de la esposa de Barack Obama, el senador por Illinois nacido en Honolulu, Hawai, en 1961. El propio Barack describe a Michelle en su libro Audacia de la esperanza. Cómo restaurar el sueño americano. "Es inteligente, divertida y totalmente encantadora. También es muy bella, aunque no de una forma que los hombres encuentren intimidante ni que moleste a las mujeres. Es la belleza vivida de la madre que trabaja, y no la retocada imagen que vemos en las portadas de las revistas. Muchas veces, después de escuchar su intervención en algún acto o de trabajar con ella en algún proyecto, la gente se me acerca y dice ´Creo que eres un tipo fantástico, ¿sabes? Pero tu mujer... ¡ella sí que es increíble!´. Yo asiento, pues estoy convencido de que si alguna vez tengo que presentarme a unas elecciones contra ella, me dará una paliza sin despeinarse", escribe Barack sobre la personalidad de Michelle.

Las virtudes de Jackie, Laura y Hillary

Desde que se casaron, Michelle ata corto a su marido haciendo que pise la tierra y ayude en los afanes domésticos de cada día; es quien le hace sacar la basura; y también recoger la ropa que deja tirada por el suelo. Quien le toma el pelo además por su extraño nombre -"¡por Dios, a quién se le ocurre llama a su hijo Barack!"- y sus grandes orejas. Y si hace falta, incluso lo hace en público. No ha tenido pudor, con su gran sentido del humor, en desvelar que ronca y tiene mal aliento en la mañana.

Cuando Bill Clinton atacó con dureza a Barack Obama, nunca pensó que la respuesta de Michelle sería tan contundente mostrándose a la vez inteligente, pragmática, decidida y carismática. Es la carta maestra de Barack en su histórica marcha hacia la Casa Blanca junto a Michelle, una mujer con porte de Jackie Kennedy, el cerebro de Hillary Clinton y la sencillez de Laura Bush.

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