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Los Reyes presiden el acto de recuerdo a las víctimas del 11-M

martes 11 de marzo de 2008, 14:56h

Madrid recordó a las 191 víctimas de los atentados terroristas en un acto que presidieron los Reyes y que congregó a los representantes de todas las instituciones del Estado. La colocación de una corona de flores ante el monumento levantado en Atocha, el silencio por los muertos  y la interpretación de una cantata volvieron a reproducir en la mente de los presentes aquellas escenas que marcaron para siempre a esta ciudad.

Fue un acto sencillo, carente de la solemnidad de otros homenajes. No había tribunas para los invitados, ni banda de música. En torno al monumento se había abierto una gran área protegida por vallas metálicas. Un helicóptero de la Policía que sobrevolaba la glorieta de Atocha controlaba, especialmente, el espacio situado delante de la estación ferroviaria cubierto con un largo fieltro azul.


Allí separados por colores, se aguardaba a los miembros del Gobierno regional, el Ayuntamiento de Madrid, el Gobierno central, los portavoces parlamentarios, los familiares de las víctimas, los embajadores y regidores de países donde habían nacido las víctimas, y el resto de invitados.  Al otro lado de las vallas que delimitaban el recinto, varios centenares de madrileños aguardaban el acto armados con prismáticos o situados cerca de las grandes pantallas que se habían colocado al efecto.

 A muchos metros de distancia, en Atocha, cerca de la copia de la fuente de la Alcachofa que diseñó Ventura Rodríguez, y en la plaza Mariano de Cavia, los agentes desviaban todos los vehículos, ante la protesta de algunos viajeros que se veían obligados a sacar de turismos y taxis sus equipajes para arrastrarlos a continuación hasta la estación urgidos por la posibilidad de perder su AVE. El tráfico en esas zonas, desde las diez de la mañana, estaba prácticamente colapsado.

 Los únicos que atravesaban los cordones policiales eran los vehículos oficiales que, siguiendo instrucciones previas, accedían por la avenida de la Ciudad de Barcelona. Los conductores, tras dejar a sus ocupantes ante el control de invitados, aparcaban sus vehículos en una larga hilera ante la basílica de Atocha.

 Los más madrugadores eran los fotógrafos y cámaras de los medios de comunicación y los miembros de la Capilla Real de Catalunya y de la Capilla Real de Madrid que ensayaban la pieza "Da pacem domine", obra del compositor estonio Arvo Part quien la compuso impactado al conocer los atentados del 11-M. Entre los intérpretes, todos vestidos de negro, los cámaras y fotógrafos pugnaban por tomar imágenes de uno en especial, Sonsoles Espinosa, miembro del coro madrileño y esposa del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Numerosos invitados
Poco a poco fueron llegando los invitados. Allí estaban en pleno el Gobierno Municipal de Madrid desde Manuel Cobo a Pedro Calvo; el Consejo de Gobierno regional desde Esperanza Aguirre hasta Alfredo Prada; los miembros del Gobierno Central, desde María Teresa Fernández de la Vega  hasta Miguel Ángel Moratinos; políticos de la oposición, desde Mariano Rajoy a Eduardo Zaplana pasando por Manuel Fraga, a quien hubo que buscar una silla para que pudiera seguir el acto más cómodo; desde el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido hasta el nuncio del Papa, Antonio Monteiro.

A las doce de la mañana en punto, tal y como estaba previsto, llegaban los vehículos que trasladaban a los Reyes de España y que fueron recibidos por el presidente de Gobierno, los presidentes del Senado, Javier Rojo, y del Congreso, Manuel Marín; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando; la presidenta del Tribunal Constitucional, Maria Emilia Casas, y  alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón. Ellos fueron los que se situaron delante y acompañaron a los Reyes quienes, tras colocar ante el monumento una corona de flores portada por dos policías municipales uniformados de gala y guardar dos minutos de silencio, escucharon en profundo silencio la cantata dirigida por Jordi Savall.

 Acabada la misma, se dio por terminado el acto que, en realidad cerró una ovación de los presentes.

Algunos comentaban la brevedad del acto- nueve minutos, otros que no se hubiera interpretado el himno nacional, pero en lo que casi todos venían a coincidir era en el desagrado estético que les producía el monumento a las víctimas y, sobre todo, del futuro de Mariano Rajoy.

Bosque del Recuerdo
Entre tanto, a un kilómetro de distancia, en el parque del Retiro, en el otro monumento levantado por Madrid a las víctimas del 11-M , bautizado como el Bosque del Recuerdo y mucho mejor acogido estéticamente, un ramo de claveles y margaritas y dos dibujos con los mensajes: 'No os olvidaremos' y 'Siempre os llevaremos en el corazón', realizados por los alumnos del tercer curso de primaria de un colegio público de Moratalaz recordaban a las 191 víctimas de aquel triste 11 de marzo de 2004 .

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