ACP licita trabajos de las esclusas

Si usted va a hacer una fiesta en su casa, a la que hay que asistir en traje de chaqué, con borceguíes dieciochescos y una limousine blanca conducida por un malgache, los invitados querremos ser advertidos con suficiente antelación para prepararnos. Es una fiesta que promete ser un verdadero acontecimiento, dados los vestuarios exigidos y la exquisita forma de transportación. 

Pero si un día antes, y una vez cumplidos todos los requisitos, usted nos cambia alguna de las condiciones para presentarnos la noche del evento, como por ejemplo, que en vez de un conductor malgache nos presentemos con un macaense, deberá darnos un tiempo prudente para conseguir los servicios de un conductor así. Si no lo hace, mantiene la fecha del evento, y algún invitado se presenta la noche acordada inicialmente, los demás sospecharemos de que usted no quería que asistiéramos a su fiesta.  

La imagen suya, por más que la defienda, quedará en dudas. Los favorecidos por una decisión así no serán vistos como audaces o capaces, sino como amigotes con evidentes ventajas y favorecidos de una manera injusta. Y toda la alegría que pudo producir su creatividad para celebrar el acontecimiento se transformará en peligrosa disconformidad.  

Cuando una institución que representa el prestigio nacional invita a una fiesta como es la Ampliación del Canal de Panamá, no solamente debe atender de manera justa los señalamientos producidos en las homologaciones, sino que tiene la obligación de no dejar un solo intersticio institucional por donde se cuele alguna duda sobre la honorabilidad de las convocatorias a licitar.  

Tal debería ser la conducta de la Autoridad del Canal de Panamá, ahora que ha empezado a licitar los trabajos de ampliación. En una primera ronda para elegir qué empresa realizará los trabajos para las nuevas esclusas, la ACP presentó modificaciones importantes a los pliegos, que precisan –según algunas empresas participantes en la licitación- de un tiempo prudencial para volver a calcular costos.  

Aunque hay un cronograma de obras y la inauguración del tercer juego de esclusas está prevista para 2014, no se puede dejar la impresión de que alguien sabía que usted iba a pedir un conductor macaense a última hora.