El BBVA echa por tierra el crecimiento previsto por Solbes

El BBVA pronostica que la economía española crecerá entre el 1,7% y el 2,2% este año, como consecuencia de una desaceleración cada vez más intensa. Estas cifras están lejos del 2,4% de crecimiento pronosticado la semana pasada por el Banco de España y más lejos aún del 3,1% estimado por Solbes, que hace apenas seis días mantenía la cifra aunque reconocía "claros riesgos a la baja".

Para 2009, las expectativas son incluso peores: la ralentización se intensificará y el crecimiento será de entre el 0,8% y el 2,2%, cifras que dejarían un crecimiento medio del 1,4% "como valor más probable".

400.000 empleos menos

Según el estudio del BBVA, esta ralentización tendrá consecuencias claras en el empleo: aunque este ejercicio se seguirán creando puestos de trabajo, en 2009 será "mucho más probable un estancamiento". En el sector de la construcción, el frenazo de empleo conllevará la destrucción de 400.000 puestos de trabajo en los dos próximos años.

El Servicio de Estudios que en su día dirigió Miguel Sebastián -último candidato socialista a la alcaldía de Madrid- estima que el paro en el sector será una de los efectos más perversos de la desaceleración del mercado inmobiliario. El estudio de la entidad presidida por Francisco González pronostica que la inversión residencial se desacelerará en un 14,5% .

Un "ajuste más pronunciado"

El director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, reconoció este lunes que el ajuste de la economía española, en pleno cambio de ciclo, "se ha hecho más pronunciado" de lo previsto en los primeros meses de 2008 y añadió que, actualmente, la economía camina entre "incertidumbres" y "riesgos predominantemente a la baja".

Por su parte, el Ministerio de Economía y Hacienda indica en su último estudio Síntesis de Información Económica que el aumento de la inflación en los últimos meses, que ha situado el IPC en el 4,4%, puede ser "más duradero" que los "rebrotes inflacionistas" del pasado, debido a la existencia de "tensiones de demanda" a escala mundial tanto de bienes energéticos como de materias primas.