La Asamblea Constituyente desarrolla una feria de amnistías e indultos sobre varios delitos y delincuentes que han sido enjuiciados por el sistema judicial en sus diferentes instancias y que hoy son ya inocentes. Nadie ha podido sostener que no han cometido delitos, pero justifican su santificación por evidentes presiones políticas a los juzgadores.
No existe razón alguna para exonerarlos a dedo y sólo a favor de quienes política, social y económicamente se encuentren ligados con el actual poder. Hay que decir, con valentía y frontalidad, que los delitos que se imputan a los ex dignatarios Bucaram, Mahuad y Dahik son de ínfima cuantía frente a los que están recibiendo el indulto, por lo que no podemos callar que la discriminación supone odiosos prejuicios y pasiones.
Así mismo, constituye una monstruosidad jurídica y política pretender dar indultos y despenalizar el tráfico de drogas a quienes hayan sido imputados o sancionados hasta por dos kilos de drogas.
Esto equivale a más de seis mil dosis diarias.
Esto es una aberración y no existe país en el mundo que haya manejado estos conceptos. Estos volúmenes han merecido el rechazo del sistema judicial, del Ministro Fiscal General y de los organismos de control, porque saben que se está abriendo un camino para que en lo posterior exijan todos la misma inmunidad.
Dos kilos por persona nos convertirán en el paraíso de todos los degenerados, en el puente de todo el tráfico de drogas y la destrucción de nuestra juventud, el aumento de la violencia y el paraíso del narcolavado.
Si (
No(
