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Rajoy, el mejor posible

jueves 10 de abril de 2008, 09:16h
Sigo pensando, ante la lapidación que padece por algunos de los suyos, que Rajoy no es que sea el mejor, sino el único líder posible para su partido y para el conjunto de la oposición.

Hace un par de días, cuando, en una de esas tertulias periodísticas en televisión, aventuré que Mariano Rajoy es, hoy por hoy, el mejor candidato del Partido Popular, una compañera notable, muy conocida por sus afinidades ‘populares’, o más bien por su aversión al Partido Socialista y al presidente del Gobierno que hoy se inviste, me recordó aquello de que “todo el que está contra el PP, dice ahora que Rajoy es el mejor”. Y remachaba, apuntándome: “del enemigo, el consejo”.

Lo lamenté no poco: primero, porque nunca estuve contra el PP, y menos contra Rajoy. Y segundo, porque parece que hay colegas incapaces de admitir, en estos tiempos de banderías, que alguien pueda emitir una opinión independiente, no dictada ni por intereses ni por consignas procedentes de las sedes de los partidos, sino por un análisis desapasionado -a veces, demasiado desapasionado, quizá- de esta trepidante situación política que nos ha tocado vivir.

Claro que me parece que Zapatero ganó el debate de investidura: faltaría más. Tenía el viento a su favor, y el ‘maillot’ amarillo, que da alas, como sabe bien todo ciclista. Estuvo algo plúmbeo, pero eficaz, el hombre que hoy va a ser investido primer ministro -algo más, en realidad, es el presidente ‘a la española’-por segunda vez en su vida y para los próximos cuatro años. También aburrido, pero menos eficaz, Mariano Rajoy. Si yo hubiese estado en su piel, y sin ánimo de dar consejo al no tan enemigo, me hubiese invitado a mí mismo, desde la tribuna, a La Moncloa, para discutir todo eso de los pactos -los propuestos, y algunos más- con el presidente. Al PP le corresponde ahora no anclarse en el ‘no a todo’, como en ciertos momentos de la anterior legislatura, sino poner sus granos de arena, o sus ladrillos, en la construcción de los pactos que necesitamos. ¿No han interpretado los dos grandes partidos, acaso, que ese es el mandato de los electores?

ZP, definitivamente hábil, le ganó por la mano, proponiendo él los pactos y siendo quien anunciase la invitación a Moncloa. Pero Rajoy, que tenía que mirar tanto a los escaños a su espalda como a los de enfrente, mantuvo bien el tipo. Tras haber seguido su discurso -regular- y sus posteriores rifirrafes con ZP, yo no le daría un suspenso a Rajoy. Esta siendo casi numantina su defensa de su propio ‘yo’, de su independencia frente a algunos de los suyos -¿suyos?-, de cara a ciertos medios que sedicentemente le apoyan, pero que, en el fondo, ya se ve que le combaten.

Ah, pero ¿hay alguien mejor que Rajoy? Mejor: ¿hay alguien? Porque he escuchado a Esperanza Aguirre, a quien algunos quieren empujar al abismo de la confrontación, decir que ella no levantará bandera frente a Rajoy en el congreso del PP de junio. Entonces ¿quién? No veo a nadie en el horizonte inmediato, y, después de junio, ya muy largo me lo fiáis. Creo que el presidente y futuro presidente del PP ha de mantener la calma, convencerse de que no está solo, aunque a veces lo parezca, y apoyarse en quienes de verdad le sustentan: los ‘barones’ territoriales en su casi totalidad (lo de Madrid, en todos los partidos, es siempre de aurora boreal), parece que la mayor parte de la militancia -setecientas cincuenta mil fichas- de su partido. Y es de creer, mientras alguien no demuestre lo contrario, que también le apoya una inmensa mayoría de los diez millones y medio de votantes que respaldaron la opción ‘popular’ en las pasadas elecciones.

Tirar todo eso por la borda en una absurda lucha por el poder sería, simplemente -la propia ‘Espe’ Aguirre dixit- suicida. ¿Qué intereses, qué proyectos secretos -lo que no está claro es siempre oscuro albergan quienes quieren una guerra interna en el PP, dicen que desde los aledaños del PP? ¿Qué base tienen los rumores que dicen que Rajoy no aguantará hasta 2012, que él es incapaz de ganar frente a Zapatero? ¿Dicen eso las encuestas, o simplemente lo comentan en los cenáculos quienes están interesados en que esto sea así?

Lo dicho: prefiero a ese tipo serio, algo hosco a veces, sin ánimo asesino en su trayectoria, llamado Mariano Rajoy, frente a quienes proclaman otras cosas que ni se sabe muy bien qué son. Yo, al menos, desde mi modesto observatorio de comentarista político, que pretendo independiente y ajeno a los ‘conspiracionistas’, no acabo de saberlo muy bien.

  • Im-presentable:
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