A finales de esta semana llegará a Madrid el 'hombre fuerte' del Gobierno de Evo Morales, su vicepresidente Alvaro García Linera, el único que, según parece, tiene ascendencia sobre el presidente boliviano. Llega García Linera a nuestro país con ánimos conciliadores, para tranquilizar a Repsol y otras grandes corporaciones españolas inversoras en su país sobre su seguridad jurídica.
El vicepresidente boliviano ha pedido reunirse también con el presidente español, Rodríguez Zapatero. Pero desde La Moncloa todavía no han contestado a tal solicitud. ¿Hará ZP un hueco en su agenda para recibirle?
Lo que García Linera pretende es dulcificar las relaciones entre los ejecutivos español y boliviano, que han llegado a una frialdad tal que en la actualidada no hay ermbajador de aquel país en el nuestro y sólo un encargado de negocios dirige la delegación diplomática en Madrid. Encargado que, por cierto, no ha atendido los requerimientos de este periódico cuando se le ha solicitado toda la información sobre la visita de García Linera. Visita que, dicho sea de paso, puede considerarse 'no oficial', dado que no ha sido gestionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, sino por Presidencia.
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