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Las celebraciones del 2 de Mayo en la historia

martes 15 de abril de 2008, 10:47h
Hablar del 2 de Mayo es hablar de su permanencia en la Historia. Madrid y los madrileños fueron la chispa que encendieron la llama de la Guerra de la Independencia y, como tal, la Comunidad y la capital han decretado celebraciones que, con altibajos, han permanecido en el tiempo. En la actualidad, el 2 de Mayo es, junto a San Isidro, la fiesta oficial que goza de más actos oficiales y conmemorativos.

La Real Congregación de la Buena Dicha y Víctimas del Dos de Mayo, nacida del propio levantamiento popular, fue la primera asociación encargada de conservar la memoria de la Milicia Nacional y de los fusilados en Príncipe Pío el 3 de mayo, el germen de las conmemoraciones de uno de los acontecimientos decisivos de la historia de Madrid y de España. Posteriormente recogería su testigo la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales y Militares Veteranos, aunque sería la de la Buena Dicha la que formó parte de la comisión organizadora del que sería, en 1908, el primer Centenario del Dos de Mayo.

Antes de ello, las Cortes de Cádiz ya habían hecho lo posible para que el levantamiento contra el invasor francés no fuera olvidado. En 1811, todavía con el Ejército Francés en Madrid, fue aprobado el decreto por el que en la iglesia mayor de los pueblos se debía celebrar el aniversario de este día, con asistencia de autoridades, salvas y desfile de tropas.

Los inicios del recuerdo
En 1814, un año después de que las tropas invasoras abandonasen la capital, se celebró el primer homenaje público a los caídos. Tras exhumarse los cuerpos de los capitanes artillería Luis Daoíz y Pedro Velarde, estos fueron llevados junto a otros fusilados a la iglesia de San Isidro, donde se celebró un funeral.

La entrada de los Cien Mil Hijos de San Luis a petición de Fernando VII motivó la marcha de los liberales a Sevilla y el traslado de los restos de Daoíz y Velarde a la catedral de Cádiz, que fueron devueltos a San Isidro en 1824, tras concluir el trienio liberal.

Fernando VII ordenó en 1815 que la Corte se vistiera de luto y se celebraran misas y oficios en todas las iglesias, pero  nivel popular, la jornada se celebraba únicamente con una misa oficiada en el Campo de la Lealtad –hoy Plaza de la Lealtad, situada junto al Paseo del Prado-.

Esto fue así porque, a pesar de que el monolito que hoy decora ese espacio fue proyectado en 1914, su conclusión definitiva no llegó hasta 1940, cuando los restos de los héroes descansaron allí. A partir de entonces, los actos conmemorativos eran anunciados mediante el toque de campanas y el disparo de cañones, aunque muchos madrileños preferían acudir a la iglesia de San Isidro, donde se realizaba una procesión hasta el Paseo del Prado -con desfile de tropas y responso en San Antonio de la Florida- y otra hasta el cementerio de La Florida.

Daoíz, Velarde y el primer Centenario
El primer Centenario del Dos de Mayo, en 1908, no pasó desapercibido para ningún madrileño y tuvo su epicentro en la plaza del mismo nombre, propuesta para su creación en 1968 por Ángel Fernández de los Ríos y reinaugurada con su configuración actual un año más tarde.

Presidida por el conjunto escultórico que representa a Daoíz y Velarde bajo un arco de medio punto, la plaza fue adornada con estandartes, columnas y cañones desarmados. El acto, al que asistieron Alfonso XIII y la Familia Real, incluyó una misa y la colocación de coronas de flores.

En la Plaza de la Lealtad se celebró el Centenario con varias misas al pie del obelisco, mientras que el Rey presidió las solemnes exequias en San Francisco el Grande. A su conclusión, una procesión con carrozas alegóricas de varias provincias recorrió el paseo del Prado y Alfonso XIII presidió el desfile militar conmemorativo. En los días posteriores se inauguraron las lápidas colocada en la fachada de la Casa de Correos y el Palacio Real y el espectacular conjunto artístico en homenaje al levantamiento realizado por Aniceto Marinas –hoy situado en la Plaza de España-.

Un año después, en mayo de 1909, las celebraciones del Centenario continuaron. La plaza del Dos de Mayo lució ambiente festivo y se oficiaron misas en un altar en la confluencia de las calles de Ruiz y Divino Pastor, aproximadamente donde debió morir Pedro Velarde. Además, se aprovechó la fecha para conmemorar los cien años del fallecimiento de otro de los héroes de la sublevación, el teniente de infantería Jacinto Ruiz. Natural de Ceuta, Ruiz dirigió a sus tropas en Madrid contra los franceses, por lo que fue homenajeado en 1861 con una estatua realizada por Mariano Benlliure. Con motivo de este aniversario, sus restos fueron trasladados a Madrid, donde aún descansan, junto a los de Daoíz y Velarde, bajo el monolito de la Plaza de la Lealtad.

Los siglos XX y XXI: 200 años de celebraciones
La conmemoración del Dos de Mayo durante el siglo XX pasó por fuertes altibajos. En los años veinte y treinta, hasta la Guerra Civil, el barrio de Maravillas celebraba grandes fiestas con actos religiosos, desfiles militares y bailes en la plaza del Doz de Mayo.

Tras la Guerra Civil sólo quedó la ceremonia que se realizaba en San Antonio de la Florida y así se mantuvo hasta que en 1985 la jornada fue declarada festividad oficial por la Comunidad de Madrid. La parada militar que se realizaba en la plaza del Dos de Mayo ha pasado en la actualidad a realizarse en la Puerta del Sol, frente a la sede del gobierno regional. Las autoridades del ejecutivo autonómico y de la ciudad presiden estos actos una vez visitado el cementerio de La Florida, donde se coloca la tradicional corona de flores a los allí enterrados y se enciende una llama votiva.

Al atardecer se celebra una gran marcha militar con trajes de gala y armas de época entre Bailén, la Plaza de Oriente, la Plaza de la Villa y la calle de Mayor. Esta celebración tiene su correspondencia en la actualidad en Móstoles, donde los alcaldes Simón Hernández y Andrés Torrejón firmaron en 1808 el bando redactado por el aristócrata Juan Pérez Villamil y que inició sublevación contra la invasión francesa.

Móstoles adquirirá gran protagonismo en la celebración del Bicentenario, el próximo 2 de mayo, cuando los Reyes presidan la ofrenda floral en la Casa Museo de Andrés Torrejón y los grandes festejos que acompañarán a la representación del levantamiento.

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