La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) alertó ayer que las aceiteras del país están a punto de colapsar en su capacidad de almacenaje de soya debido a la prohibición de exportar aceite comestible, medida que rige desde el pasado mes y fue aplicada través del decreto 29489. El Gobierno descartó que esto pueda ocurrir en tan corto tiempo de restricción.
Hasta el pasado fin de semana, Industrias de Aceites Fino procesó unos 2,2 millones de litros de aceite para cubrir exclusivamente la demanda del mercado nacional y desde ayer paró máquinas y dejó de procesar grano de soya para obtener aceite comestible destinado a la exportación.
"Los trabajadores estamos muy preocupados y no dormimos desde hace 25 días. Muchos han sacado sus vacaciones y el resto estamos realizando trabajos de mantenimiento y reparación de máquinas y equipos que están parados desde esta semana", dijo Alfredo Canaza, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Aceites Fino.
Según estimaciones de la aceitera, la planta de Cochabamba procesa al mes alrededor de 4,5 millones de litros de aceite, de los cuales un 50 por ciento cubre los requerimientos del mercado local y el resto se envía al mercado del exterior.
Canaza indicó que un grupo reducido de trabajadores continúa prestando servicios regulares en otras áreas de producción, como de margarinas, mantecas y jabones, para cubrir los requerimientos del mercado local y nacional.
“Por el momento, me parece que hay algún trabajo que podemos realizar; pero esto se va a terminar en una o dos semanas. Entonces la preocupación nuestra es qué va suceder cuando ya no haya nada que hacer y se terminen nuestras vacaciones”.
Ante la "situación desesperante", los directivos del sindicato de Fino estarán hoy a la sede del Gobierno para propiciar un acercamiento entre autoridades del Ejecutivo y dirigentes de los agroindustriales aceiteros, que permita vislumbrar una salida al conflicto que paralizó las exportaciones de aceite desde el 19 de marzo pasado.
“Ojalá tengamos suerte y podamos influir para que ambas partes en conflicto conversen y dialoguen en torno a una mesa de negociaciones y encuentren una salida al conflicto, que de prolongarse podría dejarnos en la calle a miles de trabajadores en todo el país”.
En la planta de Aceites Fino de Cochabamba trabajan aproximadamente 500 empleados, de los cuales 400 son permanentes y otros 100 tienen contratos temporales.
Marchan de Warnes a Santa Cruz
Según la Cámara Departamental de Exportadores (Cadex), mientras el decreto 29480 que prohíbe la exportación de aceites vegetales ya provocó la pérdida de 120 millones de dólares por la rescisión de contratos con clientes extranjeros y porque los soyeros entregan su producto sin precio a las aceiteras, la Cámara del Transporte del Oriente (CAO), los productores de oleaginosas, los agroindustriales y exportadores agrupados en la Cámara Agropecuaria del Oriente y la Cainco protagonizarán una caravana de protesta.
La caravana partirá hoy a las 9:30 de la rotonda sur de la población de Warnes hacia Santa Cruz de la Sierra y terminará en el cuarto anillo de la avenida Cristo Redentor. Los organizadores prevén que la marcha concluirá a las 13:00. Estará conformada por camiones, tractores, chatas y otros vehículos que sirven como herramienta para la producción agroindustrial.
La movilización no bloqueará toda la ruta. El gerente general de la Cadex, Oswaldo Barriga, indicó que quedaron sin efecto varios contratos de exportación que correspondían a los meses de marzo y abril, hecho que se traduce en la pérdida de 120 millones de dólares. Puntualizó que estos contratos no sólo corresponden a la venta de aceites y mantecas vegetales, sino los otros productos (harina, trigo y otros) cuya exportación también fue vetada por el Gobierno.
Desde hace tres semanas las empresas reciben la soya de la cosecha de verano sin fijarle un precio porque no se puede determinar el costo que tendrá este producto en el mercado.