Clos o Aguilar para la embajada en Washington

Menudo ‘movidón’ el que prepara el ministro Miguel Ángel Moratinos en su departamento de Asuntos Exteriores. Ya se lo hemos anunciado hace unos días en Diariocrítico, pero ahora podemos profundizar un poco más en los planes del ministro.

Resulta que Moratinos está casi permanentemente reunido con su subsecretaria, María Jesús Figa, preparando lo que se dice una auténtica ‘revolución’, no sólo en Madrid, sino también en importantes embajadas, como, por ejemplo, la de Washington.

En la capital norteamericana se hace urgentísimo cambiar al actual embajador, Carlos Westendorp, ya en edad avanzada, por un representante no diplomático, sino político. Y asómbrense de los nombres que se barajan: o el catalán del PSC Joan Clos, que acaba de cesar como ministro de Industria, o bien el canario Juan Fernando López Aguilar, ex ministro de Justicia que esperaba volver al Gobierno y que Zapatero no lo ‘readmitió’ por fin.

Para el cargo de secretario de Estado en sustitución de Bernardino León ya informamos que el deseo del ministro era el de nombrar al diplomático Ángel Lossada, que Moratinos iba a mantener en sus Secretarías de Estado a Leire Pajín y a Trinidad Jiménez y que reservaba un alto puesto en el Ministerio al actual embajador de España en Cuba, Carlos Alonso Zaldívar.

Por otro lado, y para sustituir al diplomático de carrera Carles Casajuana Palet como director de Internacional de la Moncloa, Moratinos ha dado el nombre de Milagros Hernando, que se convertirá en la mano derecha de Zapatero en todo lo exterior.

Precisamente, el Comité de Dirección del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación mantendrá su primera reunión al inicio de la legislatura este viernes en Córdoba por expreso deseo de Moratinos.

El Comité de Dirección, presidido por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, coordina las líneas de actuación del Ministerio en todos sus ámbitos y está integrado por los secretarios de Estado, la subsecretaria, el director del Gabinete del Ministro y el director general de Comunicación Exterior.

De hecho, la subsecretaria del Ministerio, María Jesús Figa, está recibiendo estos días numerosas llamadas de diplomáticos interesándose por los cambios en embajadas. El ministro tendrá que hacer al final un auténtico encaje de bolillos.