Después de anunciar, por parte del Gobierno, a bombo y platillo, que el detenido la semana pasada
Javier López Peña, Thierry era el 'número uno' de ETA -al menos su líder político-militar-, ahora surgen las dudas.
Y es que, al parecer, la Justicia francesa no dispone de pruebas, ni siquiera indicios, para inculparle como "jefe de asociación de malhechores". Su papel como supuesto interlocutor con el Gobierno durante el proceso de paz carece de validez jurídica en Francia pues las autoridades españolas negaron el pasado verano a la juez de París
Le Vert que hubiera existido negociaciones.
Thierry, al igual que los otros tres detenidos en Burdeos, permanece encarcelado en régimen de prisión preventiva. No obstante, todavía no se ha descartado que se le pueda imputar por dirección u organización de banda armada si la instrucción sumarial reúne los suficientes indicios racionales para sostener el cargo, hecho que dependerá del contenido del material informático intervenido.
Por otro lado, ayer lunes se supo que López Peña propuso al ex alcalde de Andoain
José Antonio Barandiarán elaborar un informe sobre
"el sistema político de un Estado vasco" durante un encuentro que tuvieron en la localidad francesa de Arcachon el pasado 18 de mayo, según reconoció ante la Guardia Civil y el juez de la Audiencia Nacional
Ismael Moreno. Barandiarán negó su pertenencia a Ekin y dijo que está
"en contra de la lucha armada". El juez ha ordenado su ingreso en prisión por un delito de colaboración con ETA.
Rubalcaba matiza la importancia de López Peña
Y en cuanto al Gobierno, el ministro del Interior se volvió a referir a la operación antiterrorista en Francia e incidió en que Thierry era parte de la
"dirección colegiada" de ETA. Por su "veteranía y radicalidad", López Peña era uno de los miembros de esa dirección que tenía
"más ascendente si no, el que más".
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