Aseguró que no quería ser "nada duro" con el Gobierno, pero Zapatero y compañía se llevaron lo suyo en el speech que el líder de los populares, Mariano Rajoy, soltó este martes en el Foro ABC, ante una audiencia muy dispuesta. Para empezar, y tras calificarse como "alternativa" a los socialistas más que como "oposición", comenzó su disertación con el pacto antiterrorista, tema estrella de la velada. Abrió un portillo a la posibilidad de reformar la Ley, aunque "alguien pretenda enredarnos con el preámbulo, que no es lo importante".
Se refería, por supuesto, al PNV, mentado en el susodicho texto y 'demasiado' requerido, a su juicio, por el Ejecutivo como nuevo socio en estas lides. Rajoy opina que la unidad tan anhelada ahora por el Gobierno ya existía, y se llamaba Pacto Antiterrorista, pero que Zapatero la rompió y prefirió a otros compañeros de vicisitudes. "¿Por qué ahora el pacto con el PNV?", se pregunta Rajoy, que revelaba que "naturalmente" irá a cualquiera reunión que sea convocada y sin poner condiciones, aunque sí, destacó, hablará de "contenidos".
El 'popular' concedió una breve tregua dialéctica al asegurar que la lucha contra el terrorismo "no es tarea fácil" y no "se puede reprochar al Gobierno que no lo resuelva", pero enseguida volvió a la ruptura del consenso y a denostar una política antiterrorista que "no existe". Rajoy cree que lo más grave que ha sucedido en los últimos tiempos es la "ruptura de las reglas de juego", la ruptura "con el espíritu de la transición" y, tras sugerir que se han alcanzado compromisos con ETA, dijo que "agradecería que el Gobierno dijera que es todo mentira"."No se puede decir que Otegi es hombre de paz o que De Juana está a favor del proceso de paz", concluyó.
Respecto a otros temas, tampoco dejó títere con cabeza en cuanto a la política exterior española, aseverando que España 'no pinta nada' en el mundo -"no hay agenda política"-. También destacó la ineficacia del Ejecutivo en graves asuntos como la inmigración o el agua y criticó la poca seguridad jurídica, incluído un supuesto "apoyo a las ocupaciones". Por otro lado, las "buenas cifras" en macroeconomía, explicó, no quitan que el país esté perdiendo "convergencia con Europa" y que los asalariados pierdan poder aquisitivo.
Con este panorama catastrofista, "no puede descartarse", aseguró, "la posibilidad de una moción de censura", que podría constituir un instrumento "para presentar alternativas" más que para ser ganada en el Congreso. Por último, quiso despejar una duda sobre su persona, y se refirió a los debates sobre si él, como líder del PP y jefe de la oposición, es mas o menos 'duro': "son cuentos chinos", se defendió.