www.diariocritico.com
Presidente Obama

Presidente Obama

miércoles 04 de junio de 2008, 23:42h
Cuando Obama ocupó, la tarde del miércoles, la tribuna del Comité de Asuntos Públicos estadounidense israelí (CAPEI)  puede asegurarse que todo el país, y muchas gentes fuera de Estados Unidos, fijaron su atención en el ya consolidado candidato demócrata a la presidencia. No defraudó, ciertamente. Su vigorosa defensa de Israel y de lo que Israel significa, la claridad de sus conceptos, su nítido enraizamiento con el sueño americano, era inevitable que nos recordasen, a los que vivimos los años de fulgores y esperanzas, el inolvidable discurso de John F. Kennedy en aquellos años sesenta prematura y criminalmente frustrados.

Era Obama la encarnación de la firme idea de los mejores americanos de que “es una verdad que no necesita demostración que todos los hombres fueron creados iguales”. Roosevelt, Truman, Kennedy, Luther King hubieran aplaudido con fervor y convicción. Y era especialmente importante el escenario y el público elegidos por el primer candidato afroamericano que tiene posibilidades ciertas de entrar en la Casa Blanca y jurar el cargo más poderoso del mundo con las mismas palabras con que lo hicieron sus antecesores hace más de dos siglos.

No hubo retórica ni ambigüedades en el rotundo compromiso de Obama con esa piedra de contraste de la Civilización contra la barbarie que es el Estado de Israel. Era necesario que lo proclamase, para tranquilidad de todos los verdaderos demócratas del mundo. Era necesario saber que su gran nación, los Estados Unidos de América, sigue fiel a sus principios fundacionales, a las ideas con las que, por dos veces, sus soldados vinieron a luchar y morir en Europa para salvarnos a los europeos de la barbarie.

El candidato Obama, probable próximo presidente de los Estados Unidos de América, fue claro e inequívoco en su compromiso contra el nazismo y sus cómplices y epígonos, en su voluntad de proteger el Estado de Israel, con todo lo que el Estado de Israel significa, en su decisión de frenar el nuevo totalitarismo que alienta en el horror del Irán de Almayineyad y los fanáticos ayatolahs, en definitiva, en el compromiso con la Civilización frente a la barbarie.

La noche de este miércoles, escuchando desde Madrid el vigoroso discurso de Obama en CAPEI, tuve la sensación de revivir los dos momentos más emocionantes que recuerdo de tantas décadas de seguir y comentar la vida política. Me vino a la memoria aquel día de consagración en el que John F. Kennedy reclamó a los norteamericanos que no se planteasen lo que el Gobierno podía hacer por ellos, sino lo que todos juntos podían hacer por la libertad de los hombres y por la dignidad de América, y aquel otro día, imposible de recordar sin lágrimas en los ojos, en que uno de los más grandes americanos, Martin Luther King, “soñó” que algún día “incluso en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos propietarios de esclavos se sentarán juntos a la mesa de la fraternidad”.

¡Qué envidia! ¡Qué gran país aquel en el que sus ciudadanos pueden sentirse orgullosos de sus dirigentes! Desde la admiración a los Estados Unidos, desde la memoria de tantos soldados norteamericanos que vinieron a luchar e incluso a morir por la libertad de Europa, mi voto moral, de ciudadano del mundo, por Obama.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios