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Cuidado con lo que decimos

Cuidado con lo que decimos

sábado 07 de junio de 2008, 12:52h
La situación que se está viviendo en estas ultimas horas es para echarse las manos a la cabeza. Las noticias que llegan del otro lado del Atlántico no son nada buenas. En Estados Unidos, el desempleo ha subido de forma alarmante y ello ha provocado la caida de Wall Street. Por aquello del efecto rebote, en Europa las cosas no van mejor. En España, el Ibex-35 pierde la piscológica barrera de los 13.000 puntos, el petróleo vuelve a dispararse, el euro, y repito una vez más que éso es perjudicial, se pone a 1,57 dólares y el euribor alcanza máximos históricos con casi tres meses de antelación, - se esperaba el nivel alcanzado para agosto-.

Parece que nunca aprendemos la lección y que el pánico nos transforma en unos bocazas. En ese sentido no tengo mas que quitarme el sombrero para mis colegas de la prensa económica que, sin quitar hierro a lo que está pasando, sitúan algunas informaciones en sus justos términos para evitar eso que se ha dado en llamar "alarma social". Vamos por partes.

El primer bocazas que encontramos en Europa es nada mas y nada menos que el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, para el cual habría que empezar a pensar en un retiro. Vamos, en una dimisión, cese o como lo quieran llamar los responsables políticos de la Unión Monetaria. No se puede salir, en plena crisis, insinuando una subida de tipos de interés en un momento en el que los ciudadanos europeos están con el agua al cuello. Que por no poder, ya no pueden ni alimentar a sus mascotas.

Al presidente del Banco Central Europeo se le puede dejar ser todo menos imprudente. Es algo que debe llevar en su perfil. Pues bien, por mucho que el Tratado de Masstrich lo convierta en el viglante de los precios en la UEM, y esa sea su misión, y los precios estén como estén, mejor haría en callarse porque las consecuencias de esos lodos son estos barros. Caídas de las bolsas, y nuevas tensiones en el mercado interbancario con un euribor que pasa de ser preocupante a insoportable.

Y otros que harían bien en callarse. Los representantes de Fenadismer a los que conozco muy bien y de los que todavía guardo recuerdos como los de la huelga de comienzos de 2003 o 2004 cuando entonces sí lograron desabastecer el pais para luego tener que bajarse los pantalones en una convocatoria en la que no lograron ninguna de sus reivindicaciones. Y si no, que se examinen ls peticiones de ahora y se comprobará que muchas de ellas ya se planteaban en aquellos tiempos.

A estos terroristas de la palabra, bocazas y agoreros, les pedimos que dejen de hacer anuncios sobre desabastecimientos porque,mediante los mismos, están provocando el pánico que acaba precisamente en eso: en lo que se pretende evitar, el desabastecimiento. Cierto es que el sector del transporte vive momentos desesperados como consecuencia de la subida del petróleo. Pero eso ocurre también en casi todos los segmentos de la sociedad y no vamos por ahi generando alarma social. Y, además, señores de Fenadismer y asimilados. Tengan en cuenta que su convocatoria no es unánime. Que la patronal de los grandes transportistas sigue negociando y que van a estar ahi, en las carreteras, salvo que ustedes les revienten los cristales de sus vehículos, cosa que no descarto. O sea que dejemos de hablar de desabastecimiento. Al menos por ahora.

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