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Días de mucha tensión

Días de mucha tensión

domingo 28 de enero de 2007, 13:57h

Las manifestaciones siempre tensionan, y ahí tenemos la que se celebrará este lunes en Bilbao, en apoyo a un Ibarretxe que se siente y al que perciben atacado “desde Madrid”. O la de este próximo sábado, en Madrid, del Foro de Ermua y contra la negociación con ETA, un acto que ya tiene crispado al Gobierno (y, en otro sentido, también a la oposición, por cierto). Tensionan igualmente algunas decisiones judiciales, y en la pasada semana hemos tenido casi de todo y en todos los sentidos en este terreno: desde la decisión de la Audiencia Nacional de no modificar la situación penitenciaria de De Juana Chaos hasta el auto de Garzón recomendando no ‘criminalizar’ a Otegi. Es decir, es una sociedad en bastante tensión la que recibe a esta semana política, que ciertamente no va a ser fácil, como no lo fueron la anterior, ni la anterior a la anterior, ni…

 ¿A quién se le ocurre, a quién, citar a Ibarretxe para que comparezca como imputado por haber hablado con Arnaldo Otegi? Esa decisión, difícilmente compartible –porque obligación del gobernante en el País Vasco es hablar con todas las fuerzas políticas y sociales--, ha provocado un choque entre representantes del poder judicial, por un lado, y el lehendakari y el Gobierno vasco en general, por otro. Un enfrentamiento que, al final, compromete al Gobierno de Zapatero, por más que el Gobierno de Zapatero está como los monos sabios: no quiere ver, ni oír, ni, menos aún, hablar. Tanto que, si se exceptúa a un par de ministros, daría la impresión de que el Ejecutivo central se compone de personajes dimisionarios o en huelga.

Está el Gobierno ZP acorralado por la decisión de los jueces sobre De Juana, que no se va a morir, claro, pero en cuyo nombre se van a incrementar, al menos, las acciones de ‘kale borroka’, y esperemos que todo quede ahí. Está perdiendo la batalla de la opinión pública, viendo descender el apoyo ciudadano que tenía. Y, desde luego, viendo cómo se estropea la imagen, primero excelente, luego algo desconcertante, de su líder máximo, ese José Luis Rodríguez Zapatero que espera recuperar la iniciativa a partir de este próximo domingo, cuando, un día después de la manifestación del Foro de Ermua (y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, y, en el fondo, del PP), protagonizará un gran mítin en Madrid. Teóricamente, para apoyar, ya casi a la desesperada, a los candidatos socialistas a la alcaldía y a la presidencia de la Comunidad; pero, en la práctica, para apoyarse a sí mismo, resurgir de las cenizas en las que nada desde el infausto 30 de diciembre.

Vivimos días de mucha tensión, esa es la verdad. Al menos, en esos círculos políticos que constituyen los cenáculos y mentideros madrileños. Porque, por lo demás, tengo la sensación de que los ciudadanos pasan cada vez más de la política, puede que por culpa de los medios y, sobre todo, de los políticos. Esa clase política que cada día nos ofrece más de lo mismo, que va a remolque de los jueces –que, a su vez, van a remolque de la política—y de los líderes mediáticos y sociales más radicalizados, menos tolerantes, menos amantes de la moderación. Con decirles a ustedes que, al final, acabaremos entre todos convirtiendo en una víctima a un personaje tan pétreo como Ibarretxe, el que dice que no quiere hablar con los periodistas “de Madrid”, el hombre que, sin duda, va a acaparar bastantes titulares en esta semana de pasión, digo de tensión…Pues así están las cosas, me parece.

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