El 'lapsus' de ZP

La dirección del PP parece haber decidido levantar el pié en el asunto del 11 – M y todas las fabulaciones elaboradas al respecto y poner más leña en el asunto de la negociación con ETA. Los ciudadanos ya no tragan con las estupideces de la relación de  ETA con los islamistas autores del atentado por mucho ácido bórico que le echen al guiso, y el PP considera que esa vía de desgaste del Gobierno no es útil. A pesar de ello todavía quedan ciertos tics que les traicionan como la bronca parlamentaria que afloró por este asunto en el debate de los presupuestos en el Congreso. Y, desde luego, medios de comunicación dispuestos a las mayores irresponsabilidades con tal de no dar su brazo a torcer.

Sin embargo siguen apretando a fondo en el tema de la negociación con la banda terrorista aunque ello suponga poner en peligro todo este proceso que ha sido el más esperanzador para acabar con la violencia de los últimos años. No andan desencaminados quienes consideran que el PP no quiere, por motivos partidistas, que se llegue a buen fin y que con tal de deteriorar al gobierno de Zapatero están dispuestos a utilizar todas las armas a su alcance, por deleznables que estas sean.

El 'lapsus' de Zapatero en su entrevista en el diario francés Le Figaro va a dar que hablar. El presidente dijo que su gobierno había cumplido su parte en el contrato con ETA y Moncloa se apresuró a presionar al diario para que esas palabras fueran suprimidas, según algunos medios. Cierto es que la frase no era afortunada y menos en boca de un presidente de Gobierno, pero no es menos cierto que a nadie puede sorprender que eso sea así.

No es posible que nadie crea a estas alturas que ETA se va a entregar a cambio de nada .El Gobierno lo sabe y la oposición también, aunque el PP siga con su cantinela electoral de rendición a cambio de nada.. Al anunciar el inicio del proceso, era por supuesto sabido que había que hacer concesiones, el punto es definir cuales y saber si son o no aceptables. Se anunció un proceso largo duro y difícil y así está siendo. Largo todavía no, porque no es tanto el tiempo que ha pasado. Duro, por supuesto teniendo en cuenta la personalidad de los etarras y de su entorno y difícil también, con el factor añadido de la actitud irresponsable del PP.

El proceso iniciado en su día está pasando por momentos difíciles y se centra ahora en la “kale borroca”, la participación de Batasuna en la Mesa Política y el presunto rearme ETARRA tras el robo en el sur de Francia de más de trescientas pistolas. En cuanto a la primera y la tercera, el Gobierno ha sido tajante: ni un paso hasta que no acabe la violencia y se tenga constancia de que no va a seguir; en cuanto a la segunda, la aplicación de la Ley de Partidos. Los etarras y su entorno lo saben y juegan sus bazas con el inestimable apoyo a su estrategia que supone la actitud de la derecha más cerril que es la que dirige el PP.

Pero, en todo caso, no hay que escandalizarse por las palabras del presidente sobre “la parte del contrato”. Efectivamente, el Gobierno está cumpliendo y los etarras no. Las elecciones municipales marcarán el próximo “tempo” de la negociación y hay que desear, aunque con poca esperanza, que se  imponga el sentido común entre  los líderes de la derecha y sus prolongaciones mediáticas y judiciales, más allá de intereses partidistas.