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La liberada ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt expresó hoy su apoyo al sistema de reelección presidencial en Colombia, aunque aclaró que "eso no quiere decir que vaya a votar" por el mandatario Álvaro Uribe.
En rueda de prensa, la política dijo este jueves que "yo estoy de acuerdo con la democracia y todo lo que sea pedirle a los ciudadanos que decidan, me parece bueno" y reconoció que una tercera reelección de Uribe sería "interesante".
Sostuvo, sin embargo, que "eso no quiere decir que vaya a votar si Uribe se presenta (a los comicios de 2010), porque habrán otros candidatos que sean más atractivos para uno, que tengan sensibilidad social, que para mí es fundamental".
A juicio de la ex candidata colombiana, que también tiene nacionalidad francesa, el sistema de la reelección presidencial "es bueno porque los países tienen la posibilidad de definir su rumbo y garantizar cambios de fondo".
Según Betancourt, uno de los grandes éxitos de Uribe en contra de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ha sido introducir la reforma en la Constitución para garantizar la reelección inmediata presidencial.
"Las FARC estaban acostumbradas a esperar los cambios de gobierno para oxigenarse, pero con el sistema de la reelección el presidente Uribe les cambió las reglas de juego", explicó.
La ex candidata presidencial advirtió que "ahora no fueron cuatro años (de gobierno de Uribe), sino ocho y pueden ser 12 años.
"Esto tiene que poner a pensar a las FARC. Sí, a mi me gusta la reelección".Respecto a su futuro político, Betancourt dijo que "estoy muy feliz con mi familia y no he pensado en estos temas. Acabo de salir de la selva y con la opción de permanecer otros cuatro años más secuestrada, no he tenido tiempo de reflexionar en eso".
"Estoy en deuda con mi familia, con mi niña, con mi hijo. yo les impuse decisiones que los hicieron sufrir y hemos decidido tomar las decisiones en familia", finalizó Betancourt, quien fue liberada la víspera tras permanecer seis años en poder de las FARC.
No sé qué haré en el futuro: Betancourt
Esta libertad me llega de golpe y estoy todavía bajo la anestesia del shock, dijo la ex rehén en la televisión France 2 desde Bogotá, donde hoy se reunió con sus hijos, Mélanie y Lorenzo
El colombo-francesa Ingrid Betancourt, liberada ayer tras casi seis años y medio en manos de las FARC, no sabe qué hará en el futuro, más allá de su compromiso "absoluto" de luchar por la liberación de sus compañeros de cautiverio.
"Esta libertad me llega de golpe y estoy todavía bajo la anestesia del shock", dijo la ex rehén en la televisión "France 2" desde Bogotá, donde hoy se reunió con sus hijos, Mélanie y Lorenzo.
"No sé que haré en el futuro. Me había programado para cuatro años más en la selva", donde recibió un trato que "no era para un ser humano" ni para "un animal", explicó Betancourt.
La ex candidata a la presidencia de Colombia, de 46 años, fue liberada ayer junto a otros 14 rehenes en una operación del Ejército Colombiano y llegará mañana por la tarde a París, donde será recibida por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Preguntada sobre si se instalará en Francia o en Colombia, indicó que "lo ideal" sería tener "el don de la ubicuidad, poder estar en Francia y en Colombia", antes de reconocer que "no es posible".
"No sé qué haré. ¿Me quedaré en Colombia? Quizás. Iré a Francia seguramente también a menudo", señaló.
Por de pronto, quiere estar "un poco" en Francia y volver a Colombia, y luego tomar decisiones "en función de las necesidades" de sus hijos y de su madre, Yolanda Pulecio.
Lo primero que quiere hacer, una vez terminen las ceremonias y actos de bienvenida, es irse unos días con sus hijos y "estar sola con ellos. Estar en familia, en la felicidad absoluta".
A preguntas sobre si la energía de que hace gala, pese al calvario sufrido, la llevará a volver a tener un papel público de primer plano, dijo que su compromiso personal de luchar por la liberación de los rehenes que siguen en la selva es "absoluto", aunque no sabe "cómo hacerlo".
Quiere luchar por todos aquellos en el mundo que sufren estas situaciones de secuestro, "crear cadenas, movimientos, llegar a corazones", explicó.
A los interrogantes sobre si estará en la política o participará en elecciones, dijo que "en este momento" no tiene respuesta.
Aunque lamentará toda su vida el dolor que ha causado a su familia con su secuestro, dijo que si volviera a estar confrontada a una situación frente a sus principios, y a lo que cree "importante en la vida", piensa que repetiría la decisión que tomó aquel fatídico día de febrero de 2002.
Betancourt fue secuestrada por la guerrilla cuando acudía a una localidad cuyos habitantes le habían pedido apoyo y pensaban que ella podía ser un "escudo" frente a represalias.
Al describir las condiciones de su secuestro, dijo que "no era un trato que se puede dar a un ser vivo": sólo había "crueldad, arbitrariedad y maldad".
Explicó que sintió a veces "espasmos de odio" contra sus secuestradores, pero los combatió porque pensaba que una vez libre, quería ser "libre del todo" y en particular "libre de odio y venganza", que son "actitudes que te hacen esclavo".
Espera que las FARC "rectifiquen" y dijo que son "una organización que ya no representa nada en Colombia, nada bueno, ni respetable".
"Tengo esperanzas de que lo que ocurrió ayer haga que muchas personas que militan ahora en las filas de las FARC cambien de comportamiento", dijo Betancourt.
Preguntada sobre los problemas de salud que sufrió en su cautiverio, dijo que llegó a una situación "crítica" en la que no podía alimentarse ni moverse y le costaba beber.
Las FARC le denegaban medicamentos, pero tuvo la suerte de contar con la "ayuda y solidaridad" de un compañero de infortunio, enfermero, que la cuidó.
Llegó a un punto en que entendió que "la muerte era una posibilidad": "en la selva la muerte llega de repente, por la noche. Dado el estado de mi cuerpo, pensé que era una opción. Hice un esfuerzo espiritual de ponerme en paz conmigo misma y con Dios y aceptar esa posibilidad", manifestó.
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