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A manos del Estado

EEUU nacionaliza la hipotecaria Indymac

EEUU nacionaliza la hipotecaria Indymac

domingo 13 de julio de 2008, 02:39h

Con la nacionalización de la hipotecaria estadounidense, IndyMac, las autoridades federales intentan poner freno a la crisis experimentada por grandes compañías como Fanny Mae y Freddie Mac, que esta semana han sufrido mínimos bursátiles nunca padecidos desde hace 17 años y que ponen de relieve, una vez más, las dificultades que atraviesa la economía nacional norteamericana.

La Asociación Federal de Hipotecas Nacionales (o Fanny Mae) y la Corporacción Federal de Préstamos Hipotecarios para la Vivienda (Freddy Mac) poseen o garantizan, entre ambas la mitad del mercado estadounidense para la compra de la vivienda: unos 12 billones de dólares.

Es posible que en tiempos normales cualquier problema que les afectara terminara pasando desapercibido entre los constantes empujes del mercado bursátil. Pero hoy en día, con la inestabilidad económica como referencia mundial, el repentino descenso de las acciones de ambas empresas registrado a principios semana ha supuesto poco menos que un terremoto.

Todavía el jueves, los principales responsables de la política económica de Washington, entre ellos el presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, todavía seguían pidiendo tranquilidad a los preocupados inversores mientras discutían la posibilidad de dar luz verde a una intervención gubernamental, que podría costar a los contribuyentes miles de millones de dólares, después de que esta semana las acciones de ambas empresas descendieran a su nivel más bajo de los últimos 17 años, para luego experimentar el viernes una pequeña subida que aliviaba la tensión.

Con el último repunte, ni Bernanke ni Paulson han comunicado su intención de nacionalizar ambas compañías a corto plazo, en lo que sería la tercera vez en menos de un año que la administración Bush intervendría para evitar el colapso del sistema financiero desde que el pasado marzo, forzara la venta de Bear Sterns a JP Morgan Chase para evitar la bancarrota de la conocida empresa de inversiones; y la federalización anunciada hoy de IndyMac.

El comienzo

La causa del enorme descenso registrado esta semana todavía no está demasiado clara. No obstante, el papel pivotal que asumen estas dos compañías estadounidenses las convierten en entidades enormemente sensibles a informes como el presentado el pasado lunes de Lehman Brothers.

Ese mismo día, las acciones de Fannie Mae bajaron un 16 por ciento. Más de 68 millones de acciones fueron traspasadas durante ese período de tiempo, tres veces más de la media diaria.

Un relativo período de calma de 48 horas terminó el pasado jueves, con la venta de 134 millones de acciones de la compañía. Mientras las acciones caían un 13, 8 por ciento hasta los 13, 20 dólares en el caso de Fanny Mae; un 22 por ciento menos hasta los ocho dólares para Freddy Mac.

"Existe un pánico real sobre la actividad de estas compañías en Wall Street. Y a veces tiene lugar 'un incendio' como el de esta semana sin razón aparente", explicó el economista y antiguo empleado de Fannie Mae, Tom Lawler, al magazín 'Time'.

"Realmente, no se han dado noticias particularmente nuevas como para empezar esta crisis. Las acciones simplemente comenzaron a bajar, y no han parado desde entonces".

Prácticamente todas las empresas inmobiliarias dependen de estas dos compañías en algún sentido, casi todos los bancos de Wall Street hacen negocios con ellas, e inversores de todo el mundo poseen 5,2 billones de dólares en títulos de deuda respaldados por estos dos gigantes.

La pérdida de confianza

El principal riesgo al que se enfrentan las dos compañías es la pérdida de confianza del inversor, lo que impediría que desarrollaran su función principal, que es comprar los prestamos hipotecarios de los bancos para revenderlos después a los inversores, la esencia del mercado inmobiliario: aporta el capital que los bancos emplean para conceder nuevos préstamos.

Pero con la bajada de las acciones de las compañías, algunos inversores han comenzado a cobrar más por asumir esos prestamos.

Podría llegar a un punto en el que tanto Fannie como Freddie terminaran pagando a los bancos más dinero del que reciben de los inversores. Ha pasado antes: el aumento de los tipos de interés en la década de los 80 provocó que Fannie Mae llegara a perder hasta un millón de dólares al día.

Si esa situación volviera a darse, tanto Fannie como Freddie podría terminar suspendiendo algunos de sus préstamos y la economía inmobiliaria estadounidense llegaría a un punto muerto. Las compañías estadounidenses seguirían cerrando acuerdos en ese ámbito, pero perderían dinero en sus tratos, y la confianza de los inversores en las acciones terminaría disminuyendo aún más.

"Si la gente pierde fe en Fannie y Freddie, el sistema entero se congelará; y si nadie puede comprar una casa, el mercado inmobiliario podría quebrar en su totalidad", advirtió Paul Billings, socio del Grupo Friedman, Billings y Ramsey con sede en Arlington, Virginia.

"Hay una fina línea entre tener fe y perderla, y a veces no está claro cuando esta línea desaparece", añade. Pero una cosa es segura: "Cuando los inversores cruzan esa línea, ocurren cosas malas a un ritmo vertiginoso".

Indymac

IndyMac Bank, la segunda hipotecaria estadounidense, pasó a ser controlada por las autoridades federales a última hora de ayer en lo que ha sido considerado por los reguladores de la Oficina de Supervisión de Entidades de Ahorro y Préstamo (OTS por su siglas en inglés) como "el segundo fracaso bancario más importante de la historia", en declaraciones al diario 'Los Angeles Times'.

La operación de nacionalización de IndyMac, que contaba con activos por un valor de 32.000 millones de dólares (20.000 millones de euros), costará a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) entre 4.000 y 8.000

millones de dólares (entre 2.500 y 5.000 millones de euros). La OTS, regulador principal de IndyMac, culpó a los comentarios del senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, de la retirada de más de 1.300 millones de dólares (casi 820 millones de euros) en once días desde finales de junio, cuando Schumer expresó sus dudas sobre la capacidad de IndyMac para sobrevivir a la crisis de vivienda.

Las 33 sucursales del banco permanecerán cerradas a lo largo del fin de semana hasta el próximo lunes, cuando reabran de nuevo bajo el nombre IndyMac Federal Bank, según informó la OTS. No obstante, durante hoy y mañana los clientes no podrán ponerse en contacto con el banco vía telefónica o Internet, aunque podrán seguir empleando los cajeros automáticos, y serán capaces de operar con cheques o tarjetas de crédito.

Según asegura la propia compañía en un comunicado, "los depositantes asegurados y los prestatarios se convertirán automáticamente en clientes de IndyMac Federal Bank y continuarán con servicio al cliente ininterrumpido" a partir del lunes.

Ese mismo día, la FDIC comenzará a comunicarse con clientes con depósitos no asegurados para emplazar citas con agentes de reclamaciones de la FDIC, que les pagará un dividendo por adelantado equivalente al 50 por ciento de la cantidad no asegurada.

IndyMac se convierte así la segunda institución bancaria más importante en ser nacionalizada por las autoridades estadounidenses, después de que el Continental Illinois Bank y sus más de 40.000 millones de dólares en activos (más de 25.000 millones de euros), pasaran a ser controlados por el Gobierno federal en 1984.

 

 

 

 

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