FAO avala medidas de Raúl Castro

El director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, avaló este lunes las medidas del gobierno del presidente Raúl Castro para enfrentar la "alarmante" crisis mundial de los alimentos, las cuales discutirá a fondo esta semana con autoridades de la isla.

"Lo que he indicado (...) la necesidad de poner más inversión, de cultivar más tierras, estos problemas naturalmente son prioridades, y hemos visto que el gobierno (cubano) está tomando acciones en este ámbito", declaró Diouf, tras impartir una conferencia magistral en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.

El director de la FAO, quien realiza su séptima visita a la isla, destacó que discutirá con autoridades de la isla "las iniciativas que se están tomando" para aumentar la producción de alimentos, declarada "asunto de máxima seguridad" por Raúl Castro.

Diouf, quien declinó precisar si se reunirá con el gobernante cubano, subrayó que "es posible" revertir la actual crisis mundial. "Se trata de un problema de voluntad política y de prioridad en la utilización de los recursos financieros a nivel mundial", aseguró.

"Hay que dar a nivel nacional prioridad a la agricultura, a nivel político, a nivel del presupuesto nacional" y "a nivel internacional hay que revertir las tendencias negativas de la ayuda al desarrollo en el sector agropecuario", que "disminuyó de 17% en 1980 a 3% en 2006", dijo

Diouf precisó que "sólo en 2007, el número de hambrientos aumentó en el mundo en 50 millones de personas", cuando el objetivo es disminuirlos "a la mitad".

Desde que asumió el poder hace dos años, primero de forma interina cuando enfermó su hermano Fidel y formalmente desde febrero pasado, Raúl Castro impulsa una serie de medidas para elevar la producción y reducir las importaciones de alimentos, que serán este año de 2.500 millones de dólares, 1.000 millones más que en 2007, según cifras oficiales.

Entre las medidas figuran la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo a manos privadas, empresas estatales y cooperativas, el incremento del precio de compra a los productores, la venta de aperos de labranza, y la creación de instancias municipales con autonomía para regir el desarrollo agrícola.