¡Por fin solos¡

Dicen que esta es la frase que pronuncian los novios la noche de bodas cuando consiguen finalmente que todos los invitados se vayan a sus casas y les dejen en paz.

La reunión entre Zapatero y Rajoy es la primera de todas las que han celebrado hasta ahora que no está condicionada por otros invitados, que generalmente ponen condiciones y no aportan casi nada que se sepa a la gobernabilidad o a la solidaridad.

La soledad parlamentaria de ZP va a permitir que en los grandes temas se regrese a los acuerdos de Estado entre los dos grandes partidos nacionales, y esta circunstancia es una  buena noticia porque no tenía ningún sentido el “todos contra el PP o todo sin el PP” de la legislatura pasada.

Además de los acuerdos necesarios a los que por fin han llegado ambos líderes  sobre temas relacionados fundamentalmente con el ámbito de la justicia y sus instituciones, lo más importante es que los ciudadanos van a poder visualizar una nueva forma de entender la política distinta a los años precedentes.

Han cambiado muchas cosas desde el pasado mes de marzo y dada la situación de crisis económica y de credibilidad en la que estamos inmersos, el gobierno no puede intentar resolver lo que se le viene encima haciendo guiños a un Llamazares sin fuerza política detrás y a unos nacionalistas cada vez más radicalizados, como únicos puntos de apoyo.

Esta reunión de hoy tiene que salir bien porque le interesa a Zapatero, le interesa a Rajoy y nos interesa a todos los españoles.

Desde Moncloa lo van a vender como un mérito atribuible al talante, la generosidad y el bien hacer del Presidente y desde Génova como una prueba de responsabilidad de Rajoy.  ¡Qué más da quien se atribuya el mérito de la lluvia si en época de sequía todos se ponen a trabajar para conseguir agua¡

Los acuerdos son importantes, pero al que le toca gobernar es al ejecutivo y no a la oposición, que no puede ser responsable de cómo arreglar la situación angustiosa en la que vivimos. Por eso, en materia económica, cada palo debe aguantar su vela porque acercar posturas cuando el modelo es radicalmente distinto es renunciar a ser alternativa, y el discurso de oposición del PP mientras esto no se arregle, va a ser la economía.