¿Han visto ustedes las horrendas imágenes que circularon hace algún tiempo en diversos medios de comunicación, en que se puede ver la manera cómo, mediante fórceps, sacan del vientre materno, en pedazos, el tierno cuerpo de una criatura cuya madre decidió que ese no era el momento en que quería tenerlo?
Muchos no habrán escuchado los gemidos, ni adivinado los sentimientos, de esas miles de criaturas que no podían entender por qué les hacían eso, cuando ellas podían haber hecho la felicidad de sus padres, en cualquier circunstancia o condición que hubiera ocurrido, si tan solo les hubieran permitido desarrollarse y nacer… sin apurar su salida, abortándolas.
En los últimos meses, en que nuestro país se ha fragmentado más, por el espíritu totalitario que inspira al actual Gobierno y a sus arrimados, y su gula de poder a través de un proyecto de Constitución elaborado a su medida, y bajo sus órdenes… un fiel partidario del régimen al dirigir inicialmente la Asamblea pretendió que se permitiera elaborar ese proyecto mediante el desarrollo democrático de su estructura, de sus partes, de sus órganos, de sus articulaciones y de sus miembros. Pero esa decisión requería alimentar poco a poco al proyecto mediante el aporte permanente de nutrientes jurídicos, técnicos, económicos, políticos y sociales, reconociendo y garantizando la vida democrática de esa Constitución desde su concepción, y no solamente el cuidado y protección desde ese momento, o en su vigencia.
Lamentablemente, quien ejerce el poder total en este país resolvió que ese procedimiento era "excesivamente democrático y lento", y que debía apurarse la salida de la criatura, sin importar los detalles, con tal de que se cumplieran los objetivos que habían sido ordenados. Ahora, como 19 veces antes, se dice que con esta "nueva" Constitución se conseguirá "el cambio" que solamente quieren las mujeres y los hombres buenos; que se va a lograr la solidaridad, la justicia, la igualdad, la dignidad de hombres, mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, "adultos mayores" y, como consecuencia de todo ello,.. la felicidad colectiva de todas y de todos, incluidos la naturaleza, el agua y los pueblos y comunidades montubias, afroecuatorianas e indígenas, que, al fin, se quedaron contentos saboreando el caramelito de que el quichua y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural.
En definitiva, aprobando artículos constitucionales a un promedio de dos minutos y siete segundos para cada uno, en paquetazos y a correazos, finalmente sacaron con forceps lo que se consultará en referendo, que es… el aborto de Constitución.
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Artículo tomado del diario Hoy
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