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El Tungurahua mantiene en alerta a las comunidades aledañas con sus continuos altibajos

El Tungurahua mantiene en alerta a las comunidades aledañas con sus continuos altibajos

miércoles 06 de agosto de 2008, 02:30h
El volcán Tungurahua, uno de los más activos de los Andes de Ecuador, mantiene actualmente altibajos en su intensidad, lo que ha puesto en alerta a sus vecinos, que ya llevan diez años de convivencia con sus frecuentes rabietas.

El Instituto Geofísico (IG), que vigila permanentemente el comportamiento del volcán, indicó este martes que desde hace dos meses el Tungurahua ha presentado periodos, de algunos días, en que la actividad aumenta, y otros en la que baja considerablemente.

"Mantiene altibajos, con periodos de calma y otros en los que aumenta el número de explosiones y señales de emisión" de ceniza y vapor de agua, indicó una fuente del IG, al explicar que esos periodos son "cada vez más estrechos".

Este proceso -agregó- podría durar días o semanas, aunque no se puede precisar cómo evolucionará la actividad del Tungurahua, cuyo proceso eruptivo actual empezó en noviembre de 1999 y desde entonces ha presentado periodos de gran actividad intercalados con lapsos de relativa calma.

El pasado fin de semana, según el IG, la actividad del Tungurahua aumentó y la de ayer se consideró como "moderada-alta", con varias decenas de explosiones, una de ellas lanzó al aire una nube de ceniza y vapor de 8 kilómetros de altura desde el cráter.

En la madrugada del martes se observó, a simple vista, un intenso brillo de incandescencia en el cráter, acompañado de frecuentes emisiones de ceniza, material que cayó en algunos poblados como Choglontús, El Manzano, Bilbao y Palitahua.

También se presentó lo que los científicos llaman "actividad estromboliana", por el Stromboli italiano, que es la expulsión de rocas candentes que, tras elevarse cientos de metros sobre el cráter, caen luego por los flancos de la montaña y dibujan líneas y manchas de rojo intenso en las paredes cercanas a la cima.

Esa actividad ha estado acompañada, en algunas ocasiones, de ruidos fuertes, como bramidos o cañonazos, junto con explosiones.

En el sector de Cotaló, un cerro ubicado al oeste del Tungurahua, los campesinos que cultivan sus tierras no descuidan sus actividades agrícolas, aunque lo hacen tapados con bufandas para protegerse del intenso frío mañanero o la eventual caída de ceniza.

Los vecinos de Cotaló aseguran que ya no le temen al volcán, aunque lo respetan sobremanera, pues recuerdan el poder de su furia, como las grandes explosiones que generó en julio y agosto de 2006.

Esta última causó la muerte de seis personas, arrasó con su ceniza extensas zonas de cultivos y dañó pueblos asentados en sus faldas, y sus efectos llegaron a varias provincias.

Pero, pese al peligro que encierra un volcán en erupción, la gente del Tungurahua le ha sabido sacar partido al fenómeno natural y una muestra de ese ingenio se nota en la ciudad turística de Baños de Agua Santa, que recibe a miles de turistas nacionales y extranjeros y que presenta al Tungurahua como uno de sus atractivos.

El Ayuntamiento de esta ciudad, que es la puerta de entrada a la Amazonía ecuatoriana, cuida su presentación y, a diario, se ve a sus pobladores, con escoba en mano, maquillándola, sobre todo cuando la tiñe la ceniza del volcán.

Con unos 18.000 habitantes, la ciudad puede abarcar, en las temporadas altas, hasta 30.000 personas, por oleadas de turistas.

Por ello, se han definido miradores naturales, desde donde los visitantes pueden tener una vista cercana y segura del Tungurahua.

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