Reconozco que me he liado.

Coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos y con la ofensiva catalana contra el Gobierno de Zapatero, Vladimir Putin aprovecha que estamos distraídos con eso y con el protagonismo de Alicia Sánchez Camacho, para emular a George Bush bombardeando e invadiendo Georgia, no la de George sino la de la antigua URSS, que se llama igual, no recuerdo por qué, pero les aseguro que lo sabía.

   Anda el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia tan frenético contra Radoban Karadzic, como antes contra Milosevic, que no nos queda tiempo para que algún Tribunal internacional se ocupe de Putin, como no se ocupó de Bush, ni cuando los bombardeos y la invasión de Irak ni en los años sucesivos, cuando la violación allí de todos los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida. Pues eso, que el ruso ha seguido invadiendo y bombardeando, aunque este martes dicen que ha frenado la ofensiva, pero sin hacer mucho caso a la comunidad internacional, como el americano no hizo caso a la ONU ni a nadie.

   Estamos maravillados con Rajoy, ese genio que mantiene recurrido el Estatut ante el Tribunal Constitucional porque rompe España, al tiempo que ahora exige solemnemente su riguroso cumplimiento, dicen que porque necesita votos en Cataluña, donde no se come una rosca. Pues me vale, no me voy a poner borde a estas alturas ni exigente con las motivaciones políticas de los grandes líderes. Si hay que darle los dineritos a los catalanes, pues que se los den, aunque hasta ahora la doctrina era que los catalanes se lo llevan todo y que Zapatero estaba sometido al dictado de Montilla, antes de Maragall, y del PSC, que es también PSOE, nadie sabe exactamente hasta dónde o en qué medida, pero también nos lo va a explicar Mariano Rajoy un día de estos.

   O Cospedal, o Soraya o incluso Alicia, aunque no Motserrat Nebrera, la disidente, la rebelde, la seguidora del nefando Piqué, que tampoco recuerdo ahora dónde está, como no recuerdo dónde está Jaume Matas, para que nos cuente las presuntas y golosas corrupciones malversadoras de su Gobierno balear. Hoy me he liado, lo reconozco.