Centroamérica busca el hermanamiento real con Europa

En estos momentos, la Unión Europea y Centroamérica trabajan en la elaboración de un  Acuerdo de Asociación real y palpable que apueste por un diálogo político, por la liberación de la economía y la cooperación birregional. Para llevar a cabo este convenio, previsto para el primer trimestre de 2009, el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, así como el Canciller de Honduras, Edmundo Orellana, el Director Adjunto de la Comisión Europea Joao Aguilar Machada, entre otras personalidades relevantes del panorama Europeo y de América Latina, han puesto sobre la mesa sus propuestas encaminadas a un convenio fructífero para las partes.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, animó el pasado martes a los países centroamericanos a solicitar a la Unión Europea la creación de un fondo de cohesión específico, ya que, en palabras del titular de Exteriores “la recepción de los mismos para la distribución de la riqueza es más importante que las relaciones comerciales”. Pese a reconocer que es una "solución política arriesgada" para Centroamérica porque "no es fácil cambiar la posición de los estados miembros", Moratinos ha animado a los países de esta región a solicitar un fondo de cohesión y ha dejado claro que en todo momento contarán con el apoyo de España.

A pesar de las palabras alentadoras del ministro, la reunión que este miércoles ha tenido lugar en la sede de la Secretaría General Iberoamericana parecía tener una lectura  menos confortadora, y esto es, porque aun con los esfuerzos realizados por los países centroamericanos, Europa quiere más. Y lo que la Unión reclama a los Latinos es un mayor esfuerzo en medidas de cooperación y un progreso en el sistema de integración, que se hace difícil para las políticas de América Latina y sus economías, las cuales no pueden abarcar las grandes inversiones que suponen para sus países lograr los cánones mínimos marcados por la UE, y que paradójicamente sí son aceptados por EE.UU o China.

Así lo afirmaba ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Marco-Vinicio Ruiz quien ha reclamado un acuerdo justo, que pueda adaptarse a las economías y sistemas sociales de su continente. En esta línea,  asegura que los países centroamericanos han sufrido una evolución muy clara, tomando como ejemplo la Unión Europea, en cuanto a la apertura de productos y circulación de ciudadanos, aunque reconocen que aun queda mucho camino por recorrer. Pese a todo, nos invitan a una reflexión: América Latina no se encuentra en igualdad de condiciones frente al viejo continente, por lo que conseguir una evolución se hace más costoso y es una tarea progresiva. “No podemos ajustarnos a los mínimos marcados por la UE de la noche a la mañana”, y en definitiva, tampoco se está muy seguro de que el acuerdo entre los continentes llegue a buen puerto, ¿potenciará realmente las relaciones un acuerdo EU-Centroamérica?

Así, reclaman que el Acuerdo de Asociación es importante para América, pero no sólo un acuerdo comercial, si no que debe “ser la garantía de que Europa contará con nosotros para el intercambio de productos, tecnologías, que contaremos con el apoyo institucional, de inversiones y de ayuda a las infraestructuras”.

Un mercado pequeño, pero interesante
El reclamo fundamental por parte latina en este encuentro es que sus regiones necesitan urgentemente una proyección exterior, la apertura definitiva para poder competir como un ‘socio más’ en el juego de la economía y la infraestructura mundial. En este sentido, cancilleres y embajadores han expuesto las posibilidades de Centroamérica al mismo tiempo que recalcan la importancia de sus mercados que, a pesar de estar en pleno desarrollo, se hacen atractivas para las economías extranjeras.

“Centroamérica ha hecho la tarea, los deberes marcados” y “ahora necesitamos el apoyo de la Unión Europea para hacernos sonar en el exterior”, resalta el embajador de Costa Rica en la Unión Europea. De momento los datos son los siguientes, la inversión europea escasea en todo la zona central americana y el objetivo de este acuerdo sería que, uniendo las posibilidades de mano de obra cualificada, así como materias primas con la tecnología europea,  los Suramericanos consigan su proyección y la cualificación necesaria, un aumento de la calidad de vida de sus habitantes, el desarrollo tecnológico, mejoras en las universidades, el intercambio de estudiantes para aprovechar los beneficios que cada región aporta, al tiempo que los europeos consigan conocer y nutrirse de las posibilidades del mercado latino así como aprovecharse de la apertura de su mercado tomando como lugar estratégico a America Central.

Conclusiones del Encuentro:
-Cada vez estamos más cerca de la suscripción del acuerdo que se espera sea fructífero y no quede en mera teoría.

-Se hace necesario organizar un modelo nuevo de relaciones internacionales en el que se apueste por un sistema justo y democrático para evitar radicalismos.

-Para Centroamérica no va a ser tarea fácil llegar a la real integración con la UE, lo que no resta que exista inquietud de ánimo de negociación.

-Europa tendrá que tener en cuenta la realidad de América Central para ayudar a conseguir que estos acuerdos prosperen.

-Se hace palpable la necesidad de construir en América Central una unión aduanera, aunque habrá que delimitar previamente los beneficios para las regiones implicadas.

-En cuanto a la libre circulación de servicios, América Central necesita de los instrumentos legislativos adecuados para llevarlo a cabo.

-Nuevos esfuerzos conjuntos para modernizar Centroamérica y atajar su vulnerabilidad geográfica, política, económica y de infraestructuras. De la parte latina se considera que si tienen realmente a Europa como socio, se estaría incidiendo positivamente en la evolución de sus regiones. Existen grandes asimetrías entre territorios y la asociación puede ayudar a suavizar estas diferencias.

-Puesta al día de los diferentes sectores, infraestructuras, organización institucional… lo que requiere esfuerzos conjuntos entre los continentes.

-No es un convenio puramente comercial, si no de integración y político al mismo tiempo.


-La sociedad civil acoge un papel relevante. Este sector reclama cada vez más una mayor calidad de vida, por ello se hace indispensable tenerlos en cuenta y poner los medios encaminados a reducir la pobreza, la integración y la educación.

-En cuanto a la relación con los inmigrantes. Se deben adecuar los caminos necesarios y útiles que no discriminen a los inmigrantes en la zona Europea. En este sentido, la normativa europea sobre inmigración no apoyaría las bases del buen entendimiento con este sector que se traslada de sus países en busca de una mejor vida. Se confía en que el tema de la inmigración encuentre una nueva ruta tras el acuerdo de Asociación, comprometiendo así a las partes a buscar soluciones justas para todos.

-De momento los acuerdos de cooperación y comercio no han dado los frutos esperados, por lo que se hace necesario redefinir las políticas más allá de las fuerzas desplegadas por el estado.