La crisis política boliviana detonó hoy una reunión urgente de los presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), quienes acordaron realizar una cumbre en Chile este lunes para buscar salidas al conflicto que amenaza con fraccionar el país andino.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue el primero en anunciar el encuentro. "Hemos estado haciendo consultas cruzadas y se acordó reunirnos", confirmó.
El mandatario, quien expulsó al embajador de EE.UU. en Caracas, Patrick Diddy, en solidaridad con una acción similar de Evo Morales, detalló que la cita tendrá un carácter marcadamente resolutivo.
"No vamos a hablar solamente, vamos a tomar decisiones. No vamos a aceptar otro gobierno que no sea el legitimado de Evo, no vamos a aceptar golpes de Estado, ni planes secesionistas, ni generales gorilas, no lo vamos a aceptar", adelantó.
Horas más tarde fue la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien confirmó la voluntad de los mandatarios. "Ya hemos hecho una declaración muy clara como presidentes de Unasur en pos de la paz y de la democracia en Bolivia, pero no queremos permanecer impávidos ante una situación que nos preocupa y es por eso que hemos decidido juntarnos el lunes", aseveró.
Bachelet, quien es presidenta pro tempore de Unasur, explicó que la convocatoria la realizó ella misma, luego de conversar con Morales, quien no confirmó si asistirá a la cumbre, que será "después de almuerzo".
"La preocupación central de todos los jefes de Estado de la región es que queremos una Bolivia en paz, y ésa es una tarea de Unasur ", afirmó Bachelet.
Expresó que este encuentro es necesario para ver cómo adoptar "una actitud positiva, constructiva, que permita acercar a las partes y apoyar los esfuerzos del gobierno y el pueblo boliviano en pro de su proceso democrático, de la estabilidad y la paz".
Puntualizó que "es nuestra tarea, como Unasur, ya que hemos creído al conformarla que la integración y la unidad de los pueblos y de los gobiernos es necesaria, y también cuando hay un proceso de esta naturaleza queremos poder ser un factor de ayuda".
En esa línea, el presidente de Perú, Alan García, rechazó la violencia promovida por grupos radicales de derecha en regiones bolivianas gobernadas por la oposición con pretensiones separatistas y expresó su apoyo a la "naturaleza democrática" del gobierno de La Paz.
García dijo que confía en la fuerza democrática del régimen de Morales para mantener su estabilidad y sistema, frente a los actos de violencia en los departamentos bolivianos de Pando, Santa Cruz y Tarija, las regiones más ricas y gobernadas por la oposición.
Uno puede "disentir" con un gobierno en temas políticos y económicos, pero se debe respetar la voluntad popular, sostuvo García. Además consideró importante que los presidentes promuevan el diálogo para superar cualquier impasse entre las partes en Bolivia.
Además, el canciller peruano, José García Belaunde, expresó su preocupación por la presunta participación de sicarios peruanos en los actos de violencia en Bolivia, como denunció el gobierno de La Paz tras declarar el estado de excepción en la región de Pando, tras la muerte de campesinos.
"Nos preocupa que la afirmación de que hay sicarios peruanos pueda tener efectos sobre nuestros compatriotas" en las provincias bolivianas fronterizas con Perú, manifestó en declaraciones a la radio RPP.
Unasur es un bloque de 12 países sudamericanos constituido por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela.
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