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Lo que la "verdad" esconde

martes 16 de septiembre de 2008, 19:25h
Ha pasado lo peor que podía pasar. Desde la autocomplacencia por la mayoría absoluta obtenida en 2007, desde esa infinita capacidad de presumir de programa liberal, Esperanza Aguirre ha hecho en el debate sobre el estado de Madrid aquello de lo que acusa a Zapatero en España. Ha sostenido que en Madrid no hay crisis y si alguna hay, la culpa es de Zapatero.

Un ejemplo, la tasa de paro en Madrid es del 8,78 por cinto pero la española es del 10,44 por ciento, nos dice la presidenta, pero esconde que hace tan sólo un año la tasa de paro era del 6,8 por ciento en Madrid. A base de estas verdades incompletas o medias verdades se esconde que hoy hay en Madrid casi 57.000 personas más desempleadas que hace un año.

La conclusión de esta línea argumental es que “la crisis de España afecta a Madrid, pero Madrid resiste mejor la crisis”.  La culpa es de Zapatero, que margina a Madrid. Saldremos de la crisis si Zapatero hace lo mismo que el Gobierno de Madrid: fomentar la confianza de los empresarios. Que paguen menos impuestos, que paguen menos a la Seguridad Social, que tengan más flexibilidad laboral (traslados, despidos). Que haya menos gasto público, pero más inversiones en infraestructuras. Investigación, Desarrollo e innovación. Que se elabore un plan energético que aumente el ahorro y la eficiencia corrigiendo la insuficiencia actual. Lo dice la presidenta de una Comunidad que no genera ni el 2 por ciento de la energía que consume.

Dicho esto, la sanidad, la educación, la integración de inmigrantes, la atención a la dependencia son una maravilla y en lo que no lo son es a causa de Zapatero, que no pone dinero.

Ha pasado lo peor que podía pasar en el primer día de debate. Madrid tiene problemas porque ha sido motor de crecimiento en España. Ha sido modelo en todo el Estado de una economía que se ha hundido en Estados Unidos con un coste brutal para quienes más hemos crecido con el ladrillo y la especulación del suelo. Con el consumo interno. Eso es Madrid hoy. Mucho ladrillo y mucho servicio para el ladrillo. Mucho comercio y poca industria que no dependa del consumo y el ladrillo. De ahí hay que partir para actuar correctamente. 

Ahora bien, si como afirma la presidenta casi no hay crisis, no hay que reforzar los servicios públicos de empleo. No hay que fortalecer los servicios públicos porque funcionan de cine. No hay que reforzar de inmediato el diálogo social con empresarios y sindicatos. Que lo haga Zapatero, que es quien tiene la crisis.

Por eso, los anuncios llamativos son subir los sueldos a los directores de centros educativos y dar premios extraordinarios a los mejores en la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Crear un carné de discapacitado y, eso sí, guiños a los empresarios: el que venga a Madrid que elija el régimen administrativo que más le apetezca de entre las 17 comunidades autónomas. ¿Y por qué no el régimen chino?

El diálogo social “funciona” porque firmamos en mayo una declaración que dice que necesitamos y queremos negociar. Funciona porque firmamos un Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales que parece que esta semana podrá empezar a trabajar en sus actuaciones empresariales y sindicales, si este artículo no lo impide. Cantos a la educación, al medio ambiente.

Tracas finales con las Olimpiadas de Gallardón, el fichaje de Boadella y el macrocentro de convenciones turístico y de servicios, la privatización del agua del Canal de Isabel II. Presumió de liberal. Se fue y no hubo nada de nada en temas tales: ¿cómo protegemos y atendemos a los desempleados?  ¿Cómo cambiamos el modelo productivo para huir de la especulación y adentrarnos en una economía más sólida, más industrial, más innovadora? ¿Cómo reforzamos la sanidad, la educación o la atención a la dependencia?  ¿Qué hacemos con el río del diálogo social que Aguirre paralizó y secó hace más de dos años, en el que sólo se han salvado unos precarios arroyuelos?

Preguntas sin respuesta. Mal comenzamos. Lo que mal empieza más acaba. Aún peor cuando todos sabemos quiénes pagamos las crisis: los trabajadores y sus familias. Falta la intervención de la oposición política. Esperemos al final del debate para juzgar, pero hoy los trabajadores tenemos poco, muy poco, de lo que felicitarnos.

Francisco Javier López Martín
Secretario general CCOO Madrid.
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