Es el momento de mover el sistema, no sólo a Rubiales

No me gusta Rubiales. Es un personaje de otra época. Capaz de pensar y actuar por encima de cualquiera. Su labor al frente de la RFEF fue, mientras ha sido presidente, testigo de esa forma de ser más propia de la España de los 80 que de la actual. Lo que antes pasaba por gracioso ahora se llena de caspa. Lo que antes era anecdótico ahora es importante. Lo que antes daba igual ahora tiene repercusiones. Y eso hay gente que no lo entiende ni lo va a entender. Rubiales es de esos personajes capaz de elevarse los cataplines en público en un palco, porque yo lo valgo y, luego salir a pedir disculpas, no sentidas, a la vez que descojonarse con el que le ría las gracias. Que hay muchos. Bueno, mejor dicho había. Que los que sirven para reír al jefe son los primeros en levantar el cuchillo.

Parecer un Torrente con dinero no le exhime de la presunción de inocencia y de poder defenderse ante los que le acusan de un hecho en concreto. El beso a Jennifer Hermoso fue inoportuno, evitable, vergonzoso si me apuran y no voy a poner peros. Y si la Ley determina que es agresión sexual pues que se defienda en los Tribunales que correspondan. Lo importante ahora es aprovechar su salida para que el Fútbol español haga un borrón y cuenta nueva para quitarse los personajes como Rubiales. Por desgracia, los hay, los conocemos todos y siguen al frente del clubes, Territoriales y organismos federativos de distinta índole. Porque sí Rubiales puede ser muchas cosas pero tenía claro que para poder manejar la RFEF a su antojo tenía que verse rodeado de gente que se lo permitiera. Y es ahí donde ahora hay que poner el foco. Y me da la sensación de que nadie lo ha hecho. Se aguarda a que acabe la tormenta para salir del refugio y volver a hacer lo mismo. Y ahí meto a la prensa. Cuántos afines estarán ahora con el culo más prieto que en un asiento de Ryanair. Se les acaba el chollo.

En el día de hoy las Campeonas del Mundo han dicho basta. No quieren volver a la selección. Y me ha hecho reflexionar de si es el momento de apoyarlas para que su lucha no quede en agua de borrajas. No luchaban contra Rubiales sino contra el sistema. Me temo que es algo mucho más fuerte. El problema es que este tipo de reivindicaciones, muchas veces, tienen demasiado componente personal y se enfocan desde trincheras irreconciliables. En este caso es lo que parece desde fuera. Entiendo que no habrá razones absolutas, pero sí una oportunidad de cambiar la dinámica de los dirigentes deportivos en España, porque el fútbol es sólo una representación de lo que hay por detrás. Con lo cual mi respuesta es SÍ.