Por supuesto, el posible-curioso lector debe-puede añadir más observaciones al decálogo expuesto… decálogo que parece el paraíso de los necios y el calvario-cautiverio de los sensatos o necesitados.
Pero, en principio con eso basta para darnos cuenta que a amplios sectores del personal nos la trae floja dichas intensidades-momentos en y para el vivir… y nos importa cero lo que digan-hagan sus avalistas-propagandistas-protagonistas.
El que induce o practica la intensidad de dudosa-imposible utilidad a todos los momentos de la vida es un vulgar desahogado, desalmado, delincuente… o desorientado necio.
Más sobre D. Baltasar: ¿Que juego de palabras, de análisis, de metáforas y de resúmenes plasmaría con el aliño de ese decálogo donde la vanidad-vana supera con creces a la naturalidad sana, donde la artificiosidad supera a la autenticidad, donde la publicidad supera a la realidad y donde la calamidad supera a la verdad?
¿Cómo se puede hablar-sentenciar de momento-momentos sin conocimiento-entendimiento-fundamento? ¿Cómo se pueden comentar momentos con escasa o nula ciencia, conciencia, experiencia, prudencia… o vivencias? “Para conceder, antes hay que conocer”, dejó escrito Gracián.
Estamos en un modelo de sociedad-suciedad donde al entrometimiento lo llaman entretenimiento… ¿todo vale para que el público-pueblo más ignorante-vulnerable “disfrute” a tontas, a locas y a ciegas?
Estamos en un modelo de sociedad-suciedad donde cotiza más lo banal que lo cabal.
Estamos en un modelo de sociedad-suciedad donde los chimes, naderías o nimiedades tienen más espacio-visibilidad en los “grandes medios informativos” que la cultura, la educación o el respeto-respetable… juntos y por separado.
Los momentos de intensa alegría-felicidad suelen ser más propicios desde la cordura colectiva que desde el precipicio individual.
Estoy jubilado, he pasado un mes largo de vacaciones en la peculiar comarca de Sayago, Zamora, lindante con un embalse-pantano casi gigantesco que nos separa de Salamanca y Portugal. Entre la sequía-contaminación hay y habrá problemas muy serios con la fauna-flora, con las cosechas y con el consumo-suministro de agua.
Claro, he-hemos tenido momentos “activos”, pero también “contemplativos y pasivos”… que es o debería ser el trio anímico-emocional más sugerente de nuestro paso por la vida… nada que ver con el “sálvese el que pueda”, “con la competitividad-prisa por no se sabe qué” o con “el búscate la vida” que nos receta el falso-fracasado-impresentable bipartidismo político ultra capitalista.
Hasta cuatro parientes-vecinos nos han obsequiado con lechugas, patatas, peras y tomates… obsequios de los huertecitos de siempre con las simientes de siempre y los productores de siempre. Obsequios que tienen un sabor y los hortelanos tienen un saber imbatible para los mercaderes intermediarios patateros-tomateros marquistas.
Es mucho más encomiable, y plausible, ser aprendiz vocacional de labriego o de pastor… que ser doctor en gestión-marketing con intención de embaucar-explotar a posibles clientes-empleados-labores.
Si, desde la calma de Sayago, o de cualquier otro lugar… exijo-reclamo espacios-momentos de silencio para escuchar, momentos de soledad para pensar, momentos de relajo para descansar y momentos de sobriedad-sosiego para sensibilizar.
La suma intensa de la ansiedad, de la competitividad, del consumo y de la “libertad de mercado” sin límites, son cuestiones que ayudan al embrutecimiento y ahuyentan al razonamiento general y particular.
Váyanse al retrete, o al olvido, todos los momentos que contienen más agresividad… que cabeza, corazón y calidad de vida realistas.
Entre bromas y veras… decir a todo sí, es tan necio como decir a todo no.
P.D. Según otras fuentes informativas Baltasar Gracián nació el día 8/1/1.601 en Belmonte de Gracián, población cercana a Calatayud y murió el día 6/12/1.658 en Tarazona de Aragón.
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