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Pese al rechazo a su gestión, Sánchez aprovecha el miedo a la derecha para aguantar

jueves 29 de febrero de 2024, 16:52h

Algunas veces los sondeos demoscópicos sólo sirven para constatar una percepción muy extendida entre la ciudadanía. Eso ha sucedido con el sondeo de GESOP para el 'Diario de España' acerca de la opinión ciudadana sobre la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez. Es sobradamente conocido que la opinión negativa de la población española acerca de esa gestión crece desde que comenzó esta legislatura. Pero ponerle cifras a esa situación ayuda a dimensionar el fenómeno.

En el último sondeo de GASOP, el rechazo de la gestión de Sánchez ya es mayoritario en términos globales: el 51,7% de los/las consultados considera que es mala o muy mala. Pero lo que ha adquirido una dimensión superlativa es la diferencia entre esa opinión negativa y la positiva: solo un 23,8% de las personas entrevistadas cree que la gestión del gobierno es buena (18,9%) o muy buena (4,9%). Es decir, la opinión negativa es más del doble de la positiva.

En esas condiciones, la posible caída de un gobierno comienza a aparecer en el horizonte. Sin embargo, hay un dato de ese mismo sondeo que matiza esa perspectiva: aparece un segmento importante de población (22,9%) que considera que la gestión del gobierno Sánchez no es ni buena ni mala.

Este amplio grupo puede responder a una opinión directa y firme, pero también puede contener ciudadanía que no quiere exteriorizar una opinión que decante la imagen positiva o negativa del gobierno. Eso puede entenderse como una opinión que también incorpora la posible alternativa al gobierno. Es decir, responde tomando en consideración no sólo la gestión sustantiva gubernamental, sino también quien sustituiría a Sánchez y su gobierno.

Según algunos observadores, eso podría constituir un colchón de opinión pública para Pedro Sánchez. De hecho, es muy posible que la reducción de ese grupo mostrara más claramente el rechazo mayoritario de su gestión gubernamental. Ahora bien, la cuestión consiste en conocer cual es el motivo principal que mueve a ese sector que no quiere decantarse contra el gobierno Sánchez.

Tampoco en ese sentido hay ausencia de percepciones. La más extendida es que hay un sector centrista (o progresista moderado), que presenta ese rasgo que esta adquiriendo consistencia conceptual: el miedo a la derecha. Ese temor no es nuevo, pero ha adquirido un nuevo valor desde el surgimiento con fuerza de Vox.

En efecto, el miedo a la derecha fue usado con frecuencia por la izquierda, ante la posibilidad de una victoria electoral conservadora. Incluso Felipe González lo utilizo profusamente ante la previsible victoria de José María Aznar.

Varios analistas, entre ellos algunos de orientación progresista, han discutido hasta que punto ese miedo tuvo algo que ver con la realidad. Y la conclusión es que, si bien los gobiernos conservadores han frenado el gasto social, los datos muestran que no tuvo lugar ninguna destrucción radical de la sanidad, la educación o los servicios sociales.

Todo parece indicar que, en democracia, el bienestar del electorado también cuenta para los gobiernos conservadores, lo que pone límites a su inclinación tradicional. De hecho, en la actualidad, el debate se centra mucho más en la eficacia del gasto, que en su recorte de forma drástica.

No obstante, el temor a la derecha tiene ahora un factor principalmente cultural. Algo que se expresa sobre todo por la presencia de Vox. Esta fuerza de extrema derecha plantea un combate abierto con valores culturales y políticos propios de la cultura progresista. Y eso atemoriza de forma suplementaria a sectores centristas en España.

De hecho, la izquierda enfatiza algunas medidas adoptadas en ese sentido por parte de los gobiernos territoriales que han surgido de una alianza entre el Partido Popular y Vox.

Así las cosas, todo parece indicar que el avance en el desgaste del gobierno Sánchez sería mucho mayor si sólo se valorara su gestión, pero que el miedo a la derecha está lastrado ese proceso.

Ese cambio en la opinión pública tendría lugar si:

a) aumentara notablemente la mala gestión del gobierno;

b) el temor a la derecha fuera reduciéndose apreciablemente;

c) una combinación de ambas.

Mi juicio es que las probabilidades mayores refieren a las opciones a) y c); la presencia de Vox hace poco probable que se reduzca radicalmente el miedo a la derecha. Lo que significa en el fondo que Vox resulta un poderoso apoyo indirecto del gobierno de Pedro Sánchez. Algo que tampoco es una novedad.

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