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Entre mentirosos anda el juego

viernes 30 de junio de 2023, 19:48h

La de veces que he escuchado en mi casa “no se dice es mentira, se dice no es cierto”. Era una de las frases de mi padre, que nos repetía una y otra vez cuando nos acusábamos de mentirosos entre los hermanos…

Así empezó mi relación con la mentira, no tanto con su significado sino con la manera de decirla. La realidad es que, el que algo no sea cierto implica que no es verdad y la mentira, además, requiere una voluntad de engañar, aseverando de manera consciente algo que es falso.

Hay muchas clases de mentiras, empezando por las propias. Confieso que yo me miento, unas veces inconscientemente y otras con la pretensión de autoengañarme, aun sabiendo perfectamente que no es verdad; pero en ocasiones, elijo contarme una película. Luego están las mentiras piadosas que decimos para evitar dolor o algún mal. Como no recordar a Guido, ese padre de “La Vida es Bella”, intentando que su hijo vea las cosas de una manera positiva y feliz, cuando en realidad lo que está ocurriendo es que están abocados a la tortura y la muerte en un campo de concentración. Otra cosa son las mentiras intencionadas, esas que incluso perjudican al otro, las que hacen que pierdas la confianza o que dejes de ser confiable.

Todos mentimos o hemos mentido alguna vez, seamos sinceros, empezando porque nadie ve ciertos programas, todos vemos los documentales de La 2, leemos muchísimo, hacemos deporte, comemos muy sano, estamos enganchados a las series de moda y tenemos vidas ideales, sobre todo, en redes sociales. Hay expertos que señalan que mentimos como mínimo 20 veces al día y hay quien llega a 200. Existen auténticos profesionales de la mentira, que dicen una cosa y la contraria sin despeinarse y si es preciso, mirándote a los ojos. Y sé, que en este momento, están pensando en alguien en especial.

Y si ya pasamos de nivel, nos topamos con las mentiras políticas, las que hemos pasado a normalizar peligrosamente, aunque tengan consecuencias graves para la sociedad. Paradójicamente consentimos que, en quien depositamos nuestra confianza, nos traicione y nos falte al respeto sin que se produzca ningún efecto adverso. Los mentirosos políticos se creen estrategas y se mueven por un dudoso “fin que justifica los medios”.

Mentir no es cambiar de opinión, mentir es engañar y faltar a la verdad aunque riamos la gracia a quien nos miente con total impunidad y no le recordemos esa conocida frase de Nietzsche: “lo que más me molestó no es que me hayas mentido, sino que, de aquí en adelante, no podré creer en ti”.

Esther Ruiz Moya

Periodista

Esther Ruiz Moya es comunicadora, creativa, escritora y motivadora. Premio Círculo Rojo 2021. Colaboradora en medios en España y Estados Unidos. Autora del libro 'Cuando esto pase...', sobre la pandemia y el confinamiento. Autora del podcast 'A Contraluz', disponible en Spotify

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