Señorías, ustedes ganan. No es fácil conseguir lo que ustedes han logrado casi por unanimidad. Según el Eurobarómetro que elabora la Comisión Europea, nueve de cada diez españoles desconfía de los políticos. Del 100% un 90 no se fía, un 7% se fía poco y un 3%, miren si estos estarán hartos, que no saben, no contestan.
Por supuesto, como a nosotros nos encanta eso de ser los primeros, encabezamos esta lista de países de la Unión Europea. Y eso que la encuesta se hizo entre enero y febrero porque si la realizan esta semana, después de que el Circo cediera al Congreso de los Diputados el honor de ser el Espectáculo más grande del Mundo, habíamos conseguido pleno: diez de diez.
Pero no crean que sus señorías estarán preocupados, no. Lamento decirles que nosotros, “la gente”, como les gusta llamarnos, no estamos en sus planes. Ellos están a otra cosa, a lo importante. A insultarse, a enfrentarse entre ellos, a guardar su sillón, a pasar por lo que tengan que pasar por permanecer en el cargo, a salvaguardar su sueldo por encima de todas las cosas, a confrontarse, a faltarse el respeto, y por tanto, a faltarnos al respeto a los ciudadanos. A enfrentarnos, dividirnos y en muchas ocasiones, avergonzarnos.
Un Parlamento vacío en la mayoría de las sesiones, diputados que se equivocan al votar, otros que se insultan en la Tribuna. Los que se quieren salir de España y retiran nuestra bandera en el Congreso mientras cobran un sueldo que le pagamos los españoles. Los que durante 60 años mataron y quisieron cargarse la democracia pistola en mano y ahora nos dan lecciones de concordia y democracia. Políticos que no responden a las preguntas o no convocan a periodistas o directamente los señalan e insultan en sede parlamentaria. Los que “hacen una peineta” a otro compañero, los que se dirigen a nosotros como si fuéramos niños o directamente tontos. Los que tienen incontinencia twitera, los que legislan sin consultar y hablan de ricos como si fueran otros los que cobran 120.000€ al año. Los que nos mienten y nos siguen mintiendo porque no pasa nada… nunca pasa nada. ¿Cómo no vamos a desconfiar?
Los que, con la que están cayendo, deciden perder el tiempo y hacérnoslo perder a los ciudadanos, presentando una moción de censura en la que se les olvida exponer una alternativa y la solicitud de convocatoria de elecciones. Dos días de discursos infinitos removiendo otra vez la Guerra Civil, 84 años después, y que cada cual ha utilizado para “hablar de su libro”. Por cierto, nunca mejor dicho, porque el ponente Tamames, a sus 90 años, pretende hacer caja y vende su discurso a casi 5 euritos. ¿Qué les parece?
No quiero ni pensar que les haya dado una idea al resto, porque de ser así, como dirían ahora los modernos… ¡Se vienen libros! Y seguro que pensarán:“siempre habrá algún tonto que lo compre".
Si (
No(
