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Un revolcón sin precedentes

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 29 de mayo de 2023, 11:37h

Los resultados de las Elecciones Municipales celebradas en todo el territorio nacional hacen evidente un vuelco electoral sin precedentes. Los españoles han demostrado estar hartos de un Gobierno mal cosido con retales de todos los intereses negativos contra el conjunto nacional y, por ello, no han querido repetirlo mayoritariamente en cada Ayuntamiento o en cada Comunidad Autónoma. Este es el mensaje actual cara a las próximas Elecciones Generales. La maquinaria de poder llamada coalición ha demostrado ser una filfa que ha llegado demasiado lejos en su subordinación a la estrategia personalista y narcisista de Pedro Sánchez que es el protagonista responsable del descalabro.

La proyección plebiscitaria de estas elecciones municipales ha sido provocada principalmente por la soberbia de Pedro Sánchez, convencido de que su protagonismo era más valioso que la labor a pie de obra de sus equipos municipales y regionales. Ha soñado, como solo sueñan los ególatras, con convertir en positivos los pronósticos negativos que le anunciaban los sondeos demoscópicos por obra y gracia de su participación en unos minimítines y por el manejo de cada Consejo de Ministros como aparato de propaganda de derramas clientelares que no fue capaz de realizar en la práctica durante sus cinco años de Gobierno.

Tampoco otros partidos han cumplido sus sueños de mantener representaciones perdidas, de salvarse del ridículo o de convertirse en socios condicionantes de coaliciones heterogéneas. Pero nadie se jugó la cabeza de su futuro cartel para las próximas Elecciones Generales. Podemos agoniza y Sumar no suma nada. En algunas instituciones, fuera de Madrid, el PP deberá contar con VOX que nunca ha sido más que una disidencia de sí mismo. Los electores han formado una mayoría inalcanzable para cualquier otra formación en favor del voto útil para despachar a Sánchez y no dar argumentario a esa izquierda maloliente capaz de entenderse con cualquiera, incluidos terroristas, pero que se atrevía a establecer, sin autoridad alguna, una línea roja a cierta expansión a la derecha de la derecha.

El triunfo del partido de Alberto Núñez Feijóo no solo puede medirse por cuantas instituciones gobernará —que no parecen pocas— sino por cuantos votos populares ha conquistado del censo electoral entero. La victoria previsible en unas futuras Elecciones Generales, en las que se concentra aún más el voto en torno a las soluciones útiles de Gobierno es un pronóstico más que probable. Lo que sienten los ahora derrotados son los síntomas precursores de la futura victoria de mañana de quienes han resultado hoy vencedores como partido unido en todas partes. La leyenda del “niño de la aldea que nunca perdió unas elecciones” se ha verificado en unos comicios a los que Feijóo no se presentaba. Fue solo el primer acto del drama político que anuncia la derogación del sanchismo.

Sánchez comprometió más a su Gobierno que a su partido con una propuesta inequívocamente gubernativa y despreciadora de los cuadros locales en que pudieran resistir los restos del antiguo PSOE. La intensidad de su propuesta centralista le llevó a descolgar de su Gobierno a dos ministras creyendo que presentarlas a capitales dudosas podría hacer variar los pronósticos y permitió que otras dos —Irene Montero e Ione Belarra— hicieran campaña contra su propio Gobierno, mientras que la vicepresidenta Yolanda Díaz apoyaba en Barcelona a la fracasada Ada Colau para dificultar el paso a Jaume Collboni el candidato socialista que pudiera ser el único servicio a España que prestaría el declinante Sánchez si supusiera una cierta neutralización del separatismo. Esta estrategia disparatada, adornada con fraudes y descuidos indignos en la confección de las listas han degradado una campaña esencialmente errónea por su excesiva carga presidencialista.

El voto global municipal de este 28 de mayo es la encuesta precursora de las futuras Elecciones Generales. No parece leal a los intereses de la política exterior de España, como miembro de la Unión Europea, que tal próximo periodo de presidencia sea protagonizado por un Gobierno declinante y un presidente desautorizado. Quien personaliza el descalabro debe asumir sus consecuencias. España con Sánchez domo anfitrión llegará a la función presidencial con un Gobierno dividido, sin reputación ni porvenir y con un presidente moralmente desautorizado. Una coalición fracasada como tal con ministras que no representan a nadie y un presidente fantasma no son los interlocutores convenientes para esa cumbre europea. Desde ahora, el relevo debiera considerarse urgente salvo para quienes piensan que dormir en la Moncloa es un sueño que no puede interrumpirse por nada ni por nadie.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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