¿Irán ha ganado Yemen?

En medio de conversaciones cada vez más intensas sobre la conclusión inminente de un acuerdo de paz en Yemen y un movimiento político activo de los enviados estadounidenses y de la ONU a Yemen, la declaración de la Comisión de Consulta y Reconciliación, que es el máximo órgano de apoyo al Consejo Presidencial en el internacionalmente reconocido gobierno yemení, llamó la atención a quienes intentan dar seguimiento a la situación en este país olvidado. Dos cuestiones a tener en cuenta, la primera: que cualquier negociación que no se haga directamente con la autoridad yemení no será beneficiosa, y la segunda es que cualquier solución política no será aceptable si no tiene una base legítima representada por el Consejo de Dirección, de acuerdo con referencias reconocidas internacional y localmente, frente a un golpe y sus consecuencias representado por el grupo Houthi.

Buscando en el trasfondo de estas advertencias de la máxima autoridad de apoyo en Yemen, el país para el que todo el mundo está buscando una solución a su crisis, se plantea el interrogante sobre las recientes declaraciones de intenciones. Según algunos expertos consultados, uno de los cuales es un político de alto rango en el país, resulta que la mayoría de los yemeníes tienen miedo de los intentos y esfuerzos que, según dicen, apuntan a consolidar una situación política y militar que lleva al país a un laberinto negativo con notables pérdidas en los conflictos sectarios bajo la hegemonía iraní, al legitimar el golpe hutí respaldado por Irán. En cuanto al interés de los países hermanos, señala que es urgente intervenir en el conflicto yemení porque se busca legitimar el golpe y la hegemonía iraní, mientras estos países estaban y siguen viendo morir de hambre a los yemeníes desplazados, sin extender una mano de ayuda.

Este representante político, cuya identidad hay que preservar, critica a las autoridades yemeníes por que muestran debilidad e indolencia frente a proyectos de paz que saben que solo servirán a Irán y sus milicias, y a la coalición liderada por Arabia Saudí, a la que pide que tome la iniciativa y no deje a los yemeníes en medio del camino y no permita intervenciones sospechosas de países sospechosos, como él mismo califica.

Otras consideraciones y advertencias es que el proyecto de paz, que se cocina en pasillos secretos, se coordina mientras el movimiento extremista chiíta Houthi sigue controlando por la fuerza la capital del país, muchas de las regiones y puertos del norte y la extensa frontera con Arabia Saudita. Los houthies se comportan como los vencedores en la guerra, a pesar de que sufrió muchas derrotas y fue expulsado por la fuerza de aproximadamente el 80% del territorio de Yemen.

En el desarrollo de lo que se conoce de las conversaciones secretas, la impresión general es que se van imponiendo las condiciones del grupo Houthi, incluida su exigencia de que el gobierno yemení pague los salarios de los miembros de la milicia, condición extraña y sorprendente, que ha provocado la advertencia del gobierno yemení y de su Comité Consultivo que teme intervenciones para imponer de facto al control houithi en el país o al menos su hegemonía, y esto necesariamente significa el control de Irán de un importante país árabe que domina una de las vías fluviales más importantes del mundo, que es el Estrecho de Bab al-Mandab que une Europa y el Océano Índico. Esta vía de comunicación es la primera para el comercio de petróleo entre Oriente Medio y países europeos El Estrecho de Bab al-Mandab permite la comunicación directa entre el Golfo Arábigo y el Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez. El cierre de este estrecho obligaría a los petroleros procedentes del Golfo Arábigo a moverse por el extremo sur de África hacia el norte para llegar a los países de la Unión Europea, lo que le supondrá enormes pérdidas de tiempo y dinero.

Se considera seguro que Europa no tolerará que sus intereses se vean permanentemente amenazados en el caso de que Teherán decida poner su mano sobre Yemen, y aquí, la Unión Europea no debería permitir la aprobación de ningún acuerdo que conduzca al empoderamiento de Irán sobre Yemen, similar a Siria y Líbano.

La coalición liderada por Arabia Saudita debe asumir sus responsabilidades ante los yemeníes y la comunidad internacional, que le dio luz verde para intervenir en este país, y no permitir la acción de partidos que claramente buscan empoderar a Irán en la región a través de una mediación que ofrece soluciones explosivas para el futuro.