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¿Qué mascarilla es ahora la más recomendable?

martes 18 de agosto de 2020, 07:44h

Desde que comenzó la pandemia es cierto que tanto los responsables políticos como muchos especialistas en distintas materias, hemos cambiado de opinión en distintos aspectos y eso ha contribuido sin duda a crear una verdadera “ceremonia de la confusión”, e incluso la pérdida de nuestra credibilidad ante la población general. Pero también es cierto que estos cambios de opinión se han basado en los resultados de diversos trabajos de investigación, que poco a poco nos van descubriendo como funciona el Coronavirus en nuestro organismo.

Cuando en marzo, no recomendábamos el uso universal de la mascarilla, la razón se fundamentaba en que todos los expertos del mundo creyeron que este SRAS-Cov2, que es el causante directo de la COVID-19, se contagiaba del mismo modo que el que ya conocimos hace 18 años con la epidemia del SRAS-Cov1, causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, en la que solo contagiaban el virus aquellas personas que estaban padeciendo de forma activa la enfermedad.

En abril, y al conocer los resultados de las investigaciones, todos cambiamos de opinión, porque se demostró que el Coronavirus se contagia a pesar de padecer la enfermedad de forma “asintomática”, es decir, sin tener clínica ni conciencia de ser sus portadores. Y por ello se recomendó el “uso universal” de la mascarilla quirúrgica, para proteger a los demás: ¡Yo te protejo, tú me proteges! Este es el lema que deberíamos seguir defendiendo todos y en todo el mundo, siempre que todos lleváramos la mascarilla quirúrgica, que no protege del contagio a quien la lleva, pero si a quién esta a su lado, ante la posibilidad demostrada por la evidencia científica de que todos podemos ser “portadores asintomáticos”.

Pero nuestra esperanza, la de muchos de nosotros, de que todos respetaríamos esta “regla de oro” para evitar el contagio, se va desvaneciendo poco a poco al observar que cada vez más personas se olvidan de la importancia de proteger a los demás, y muchas de ellas tratan de protegerse a sí mismos como sea. Incluso llevando una mascarilla, que debería estar prohibida en todos los casos, que lleva incorporada la “falsa válvula de seguridad”, por la que sale, y concentrado, todo el aire que expulsamos por la boca y la nariz, con lo que se convierte en una “mascarilla que contagia”, aunque quien la lleva, sí que está protegido.

Por otra parte hace unos días se ha demostrado que el virus se mantiene en el ambiente social, sobre todo en los espacios cerrados como el trabajo, el transporte público o el ascensor, en forma de aerosoles, lo que nos debe obligar a todos a ser más conscientes que nunca para que el uso de la mascarilla sea obligatoria en nuestra vida social, aunque también es verdad que obligar a llevarla en la calle a pesar de mantener la distancia física de 2 metros, no se basa en ninguna evidencia científica.

Si, además un cantante famoso como Miguel Bosé, anima a la población general y especialmente a todos sus seguidores a asistir “activamente y masivamente” a una manifestación “contra el uso de las mascarillas”, como la que desafortunadamente se celebró ayer en la Plaza de Colon de Madrid, las cosas se ponen aún más difícil. Sobre todo, porque como podemos comprobar por las imágenes, una gran mayoría de las personas que acudieron a la manifestación ni llevaban mascarillas, ni respetaban la más mínima distancia, abrazándose unos a otros, sencillamente porque según ellos, la existencia del Coronavirus no se ha demostrado y todo lo que decimos es mentira.

Pero luego cada uno se fue a su casa y seguro que muchos de ellos, contagiados, estarán provocando hoy nuevos brotes. Si tan criticada fue la manifestación del 8 de marzo, lo debe ser también ésta, y por supuesto que los responsables políticos nos deben explicar a todos los españoles las razones por la que se permitió que se celebrara.

Visto lo visto, y lo vemos todos los días en los diferentes medios de comunicación, mi consejo hoy es que utilicemos la “mascarilla FFP2 sin válvula”, que protege a quien la lleva y también al resto de las personas con las que conviva socialmente.

En menos de 6 meses es verdad que he cambiado yo también mis recomendaciones en diferentes medios de comunicación en relación al uso de la mascarilla, pero siempre apoyado en la evidencia científica: en marzo recomendaba que solo la llevaran los pacientes porque pensábamos que solo ellos podían contagiar; en abril, recomendé el uso de la mascarilla quirúrgica de forma “universal”, porque se demostró que cualquiera de nosotros podemos ser portadores asintomáticos y provocar un nuevo brote; y ahora, después de comprobar que una gran mayoría de personas llevan la mascarilla que cada uno quiere, sea o no segura, que muchos ni siquiera la llevan, prefiero basarme en la evidencia de la necesidad de que todos nos protejamos y de que “estos incumplidores” no quieren protegernos, creo que deberíamos utilizar ahora la FFP2, porque es la que protegiendo a los demás, también aseguramos en un alto porcentaje nuestra propia protección.

Y por supuesto que sigo y seguiré defendiendo que el uso obligatorio de las mascarillas debe contar con la posibilidad de que todos podamos conseguir la mascarilla FFP2 en las farmacias, y con nuestra tarjeta sanitaria.

Jesús Sánchez Martos

Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.

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